En medio del caos cotidiano que se vive en Cuba, una nueva alarma encendió las luces de urgencia en el Hospital Pediátrico Provincial de Camagüey. Tres niños del municipio de Vertientes fueron ingresados de emergencia este sábado tras consumir gomitas que contenían marihuana.
Según confirmaron fuentes oficialistas, los pequeños ingirieron unas golosinas de la marca Kush Queen, productos elaborados con componentes cannabinoides, específicamente diseñados para adultos. El hecho encendió las alertas en la comunidad y evidenció, una vez más, la falta de control sobre lo que circula en manos de la población.
La ingenuidad que pudo costar caro
De acuerdo con la información publicada por Brayan Morales Martínez, los niños ya se encuentran estables y fuera de peligro, gracias a la rápida respuesta médica. Pero lo más preocupante es que los padres, según relataron, no sabían lo que contenían las gomitas que estaban repartiendo.
El empaque, sin embargo, deja poco margen a la duda: una hoja de marihuana estampada en el diseño y un aviso en inglés que advierte claramente que es “un producto para adultos”. Aun así, en medio del desconocimiento (y quizás la desesperación que muchas veces lleva a recibir cualquier paquete sin verificar), el error ocurrió.
Un caramelo disfrazado que no es tan dulce
Las gomitas de Kush Queen son productos hechos a base de cannabis, muy populares en Estados Unidos dentro del mercado legal del cannabis. Aunque muchas están orientadas al bienestar y el alivio del estrés o el dolor, contienen ingredientes que pueden resultar altamente peligrosos para los niños.
Algunas versiones incluyen THC, el componente que provoca efectos psicoactivos, mientras que otras llevan CBD, que es más terapéutico y no altera el estado mental. También hay variantes con Delta-8-THC, un primo suave del THC clásico, pero igual de riesgoso para un menor.
El problema es que estas gomitas parecen dulces comunes. Colores llamativos, formas atractivas, sabor a fruta… todo lo que un niño asociaría con una golosina inofensiva. Pero detrás del envoltorio bonito, puede esconderse una dosis peligrosa para un cuerpo pequeño.
Un llamado urgente a la prevención
Tras el incidente, el periodista José Luis Tan Estrada lanzó una advertencia a las familias cubanas: “No todo lo que parece un simple dulce es inocente”. Un mensaje que cobra especial relevancia en un país donde los paquetes de ayuda o donaciones llegan sin revisión y donde muchas veces no se entiende lo que dice el empaque por estar en inglés u otro idioma.
La intoxicación por cannabinoides en niños puede provocar desde mareos y vómitos hasta pérdida de conciencia y hospitalización. Y aunque esta vez la historia no terminó en desgracia, el peligro sigue latente.
Mientras el régimen insiste en silenciar el desastre económico y social que ha provocado, la gente sigue recibiendo productos sin control, y la falta de información sigue siendo tan tóxica como cualquier droga.
Esto no fue una simple travesura infantil. Fue una llamada de atención al descuido institucional y a la precariedad que obliga a aceptar lo que venga… sin saber a qué precio.