La actriz cubana Edith Massola ha vuelto a dar de qué hablar en redes sociales, esta vez no por su programa en la televisión estatal, sino por otro de sus viajes a Europa, específicamente a Madrid, donde se dejó ver en el exclusivo Centro CEME, una clínica estética de lujo frecuentada por celebridades.
Con el estilo sobrio y calculado que la caracteriza, la también presentadora compartió un mensaje directo desde la propia clínica: “Yo lo necesito por mí, por sentirme bien conmigo misma”. Una frase que, aunque suena empoderada, ha generado revuelo entre cubanos que ven con indignación cómo figuras cercanas al oficialismo disfrutan de privilegios negados al pueblo.
Tratamientos de lujo en tiempos de escasez
La clínica CEME, con sede en la capital española, no tardó en presumir la visita de Massola en sus redes sociales. “El viernes tuvimos el gusto de recibir en Centro CEME a la increíble Edith Massola”, celebraron, destacando su satisfacción con los resultados obtenidos gracias a los procedimientos realizados por la doctora Ángela.
En el material audiovisual, Edith luce sonriente, relajada y visiblemente agradecida, ajena a una realidad cubana que dista bastante de los sillones acolchonados de esa clínica madrileña. Mientras millones en la isla batallan con el desabastecimiento y el colapso de los servicios médicos, la figura oficialista se somete a tratamientos valorados en cientos de euros por sesión, incluyendo retoques con neuromoduladores y perfilado mandibular, según comentaron desde la propia institución.
En tono cómplice, la doctora dejó caer un detalle revelador: “Recuerda que en noviembre te tocan los labios”. Una muestra más de que esta no es una visita aislada, sino parte de una rutina de mantenimiento que muchos en Cuba ni pueden imaginar.
“Primero yo”: el mantra de una élite privilegiada
No es la primera vez que la conductora de “23 y M” se ve envuelta en polémicas por sus escapadas internacionales. En viajes anteriores ya se le había cuestionado por ausencias que coincidían con fechas de grabación del programa, algo que hizo levantar más de una ceja. Pero ella, lejos de esconderse, ha insistido: su bienestar va primero.
Y aunque eso puede sonar legítimo en otras latitudes, en Cuba donde los hospitales se caen a pedazos, los medicamentos escasean y los ciudadanos deben traer hasta una jeringuilla de casa, este tipo de declaraciones —y más aún, de lujos— se perciben como un insulto a la inteligencia y la dignidad del pueblo.
CEME: entre polémicas y glamour digital
El Centro CEME ha sabido posicionarse como referente en medicina estética, sobre todo gracias a su maquinaria de marketing digital, donde figuras como la influencer cubana Dina Stars han sido pieza clave. Sin embargo, la clínica no está exenta de sombras: en el pasado fue señalada por la muerte de una paciente tras una cirugía, una controversia que empañó su reputación durante un tiempo.
Hoy, sin embargo, el centro intenta mostrarse renovado y cercano al público, sobre todo a ese nicho VIP de artistas, influencers y figuras públicas que buscan “rejuvenecerse” a golpe de bisturí o jeringa.
La desconexión total
La presencia de Edith Massola en este entorno de lujo es solo una muestra más de esa desconexión brutal entre la élite que respalda el régimen y el cubano de a pie, que se las ve negras para conseguir un pan normado o una pastilla para el dolor.
Mientras la actriz viaja a Madrid para ponerse bótox y perfilarse el rostro, en La Habana la gente sigue haciendo colas interminables por un pomo de aceite. Y lo más triste es que esta burbuja no solo se tolera: se premia y se promueve.
Porque así funciona el doble rasero en Cuba: quien defiende al sistema, tiene derecho a todo. Quien lo cuestiona, no tiene derecho ni a soñar.
Y mientras tanto, la televisión sigue encendida, con Edith al frente de su programa, como si nada. Como si todo estuviera bien.