Desde lo más profundo de los Everglades de Florida, en un sitio que parece sacado de una película de terror, el reguetonero cubano Leamsy Izquierdo Molina, mejor conocido como Leamsy La Figura, rompió el silencio con una llamada desesperada. El artista se comunicó con el influencer Un Marti to Durako para denunciar lo que está viviendo tras su detención en el recién estrenado y temido centro migratorio conocido como Alligator Alcatraz.
“Esto no es para humanos”, soltó el cantante con una mezcla de rabia y angustia, describiendo un panorama que hiela la sangre: sin agua para bañarse, con el aire acondicionado como una nevera a menos de 30 grados, sin medicinas, sin recreo, sin relojes, con una comida al día y mosquitos por todas partes.
Un grito desde la oscuridad
Leamsy no se anduvo con rodeos. “No apagan ni la luz. Aquí no hay descanso, ni día ni noche, ni derechos”, aseguró, apuntando directamente al corazón de un sistema que, según él, castiga más que protege. El artista incluso denunció actitudes racistas por parte de los oficiales encargados del lugar, remarcando que la discriminación es una constante y no un caso aislado.
La publicación del audio en redes sociales provocó una verdadera avalancha de reacciones. Cubanos en Estados Unidos y en la isla compartieron el testimonio con preocupación, especialmente aquellos que tienen seres queridos atrapados en centros de detención similares. “Lo que uno está sufriendo no tiene nombre”, comentó una mujer desde Texas, mientras otro usuario recordaba: “La violación de los derechos humanos no tiene bandera. Pasa aquí, allá y en cualquier lugar donde el poder pisotee la dignidad.”
Alligator Alcatraz: el nuevo símbolo del terror migratorio
Este polémico centro fue inaugurado el mismo día en que arrestaron a Leamsy, en una ceremonia encabezada por Donald Trump, Ron DeSantis y la secretaria de Seguridad Nacional. La instalación fue levantada a todo tren —en apenas ocho días— con un presupuesto millonario que ronda los 450 millones de dólares.
Según Trump, el objetivo de este centro es albergar a migrantes con antecedentes peligrosos y disuadir nuevas entradas ilegales al país. Pero en la práctica, Alligator Alcatraz se siente más como una cárcel de máxima seguridad en medio de un pantano lleno de caimanes y serpientes, que como un centro de procesamiento migratorio.
A pesar de que las autoridades afirman que el complejo cumple con los “estándares establecidos”, las condiciones descritas por Leamsy reflejan todo lo contrario: un ambiente cruel, degradante y completamente deshumanizado.
Una batalla que trasciende fronteras
La denuncia del reguetonero ha reactivado el debate sobre el trato inhumano que reciben los migrantes, sobre todo en centros como este, diseñados más para infundir miedo que para ofrecer justicia.
Y aunque Leamsy no pidió clemencia, sí dejó claro que su mensaje debía ser escuchado. “Súbelo a Instagram, que lo vea el mundo”, pidió, con la esperanza de que su voz, entre barrotes, llegue tan lejos como sus canciones.
Ahora queda en manos de quienes lo siguen, lo admiran o simplemente tienen conciencia, seguir compartiendo su testimonio y exigir respeto para quienes, buscando una vida mejor, terminan atrapados en jaulas disfrazadas de política migratoria.