Durante años, las remesas que los cubanos en el extranjero enviaban a sus familiares en la isla servían para lo básico: comida, medicinas, arreglos en la casa… lo típico. Pero en los últimos tiempos, ese mismo dinero ha comenzado a mover algo mucho más grande: el motor del sector privado cubano. Sí, así como lo lees. Hoy en día, muchos negocios privados en Cuba están creciendo gracias a las remesas que llegan, sobre todo, desde Miami.
El medio Miami Herald lo explicó bien claro: muchos emprendedores cubanos están usando este dinero enviado desde el extranjero para esquivar las trabas del embargo estadounidense y conseguir los suministros que necesitan para sus negocios. Todo esto a través de agencias que operan fuera de los radares oficiales. ¿Y cómo funciona? Ahí viene lo interesante…
El famoso modelo del “círculo cerrado”: así es como logran burlar el sistema
Este sistema informal, bautizado como el modelo del “círculo cerrado”, está funcionando como una vía alternativa frente a los bancos internacionales que no quieren saber nada de Cuba, y al mismo tiempo, frente al control que intenta mantener el gobierno cubano. ¿Cómo lo logran? Pues así:
Las agencias de remesas, muchas de ellas en Miami, se encargan de tramitar los pedidos que hacen los empresarios cubanos. Compran los productos fuera del país y los mandan a la isla. Una vez recibidos, el emprendedor les paga en efectivo, dentro de Cuba.
¿Y qué pasa con ese dinero? Pues ese mismo cash lo usan estas agencias para seguir entregando remesas a otras familias cubanas. Todo sin pasar por bancos, sin transferencias internacionales y sin que el gobierno pueda meter la mano. Es un sistema casi artesanal, pero súper efectivo.
Más que remesas: el salvavidas del emprendedor cubano
Desde que en 2020 la administración Trump cortó las remesas oficiales, este sistema gris empezó a ganar terreno. Y fue ahí cuando surgieron pequeñas agencias que hoy por hoy son clave en la economía paralela de la isla. Porque, seamos claros: si no fuera por estas vías informales, muchos negocios simplemente no podrían operar.
Con el embargo en pie y los bancos cerrándoles las puertas, los emprendedores cubanos tienen pocas opciones para mover su dinero. Ni pueden pedir préstamos, ni abrir cuentas fuera del país fácilmente, y mucho menos sacar divisas con libertad dentro de Cuba. Aun así, gracias a sus lazos familiares, muchos logran operar desde la sombra y seguir vendiendo sus productos o servicios.
¿Una amenaza al gobierno o el futuro inevitable?
Según el propio Departamento de Estado de EE. UU., las remesas han sido clave en el auge del sector privado en Cuba, que ya emplea a más personas que el propio Estado. Así de fuerte está la cosa. Pero esto también tiene un efecto colateral que no le gusta nada al gobierno: está perdiendo el control sobre una parte significativa del dinero que se mueve en el país.
“Se está formando una economía paralela que escapa del control del Estado”, dijo uno de los empresarios entrevistados por Miami Herald. “No es lo ideal, pero es la única vía que tenemos”, agregó.
Así que ya sabes: mientras en la isla todo parece estancado, debajo de la mesa hay un movimiento empresarial que avanza a paso firme… financiado desde Miami.
