Un migrante cubano que lleva más de una década viviendo en Estados Unidos fue notificado con una multa escalofriante de 690 mil dólares, simplemente por quedarse en el país tras recibir una orden final de deportación. Lo más irónico: Cuba no lo quiere de vuelta.
La historia la sacó a la luz el periodista Daniel Benítez, quien compartió el testimonio directo del afectado, mostrando cómo las fisuras del sistema migratorio y la falta de cooperación del régimen cubano están dejando atrapados a miles de emigrados.
“Me quieren clavar una multa millonaria… y a la vez, tengo permiso de trabajo por otro año más”, contó el cubano, que prefirió mantener el anonimato, pero cuyo caso refleja una realidad cada vez más común entre quienes escaparon de la dictadura.
Doce años en EE.UU. y una orden de deportación que no se ejecuta
El cubano explicó que vivió legalmente en Estados Unidos durante cinco años. Sin embargo, una condena federal le costó la residencia y lo llevó a cumplir tres años de prisión. Al salir, lo trasladaron a un centro de detención de ICE, con la intención de deportarlo.
Pero ahí es donde Cuba volvió a hacer lo que mejor sabe hacer: lavarse las manos. El régimen se negó a recibirlo, como hace habitualmente con los que considera “desertores”, lo que obligó a ICE a liberarlo bajo un programa de libertad condicional supervisada.
Desde entonces han pasado dos años. En ese tiempo, el migrante ha mantenido un permiso de trabajo renovado y tiene cita con inmigración en diciembre. Pero ahora, de la nada, le llega una carta con una multa monstruosa por “permanecer ilegalmente” en el país.
“Hace dos días me llegó la carta… y al día siguiente me entregaron el permiso de trabajo por un año. ¿Debo responderla?”, preguntó el afectado al periodista Benítez, que de inmediato le recomendó buscar un abogado de inmigración lo antes posible.
Una política dura, heredada de Trump y revivida en 2025
El caso se enmarca en el endurecimiento de las leyes migratorias bajo la administración de Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca en 2025 con un enfoque aún más radical. Esta multa se basa en una ley de 1996 reactivada durante su primer mandato y ahora utilizada a fondo contra los migrantes con órdenes de expulsión vigentes.
Desde junio, se calcula que ICE ha enviado unas 10 mil notificaciones de multa a lo largo del país. Los montos, como en este caso, se acumulan por cada día de “presencia ilegal” tras la orden final. No importa que tengas permiso de trabajo o estés esperando cita: si ICE dice que tienes que irte, cada día que te quedas te cuesta caro.
¿La solución? Irte solo… con premio incluido
En medio de este escenario, el gobierno estadounidense está impulsando un nuevo programa de autodeportación voluntaria. Y sí, suena raro, pero es así: si te vas por tu cuenta, te dan el pasaje gratis y hasta te pagan mil dólares como incentivo. Todo eso, a través de una app llamada CBP Home.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quien no coopere se expone no solo a multas astronómicas, sino también a detención inmediata, deportación forzosa y prohibición de entrada futura a EE.UU.
“Con vuelo pagado, mil dólares en la mano y perdón de multas, no hay razón para que los ilegales sigan aquí”, soltó el DHS en un comunicado que ha levantado polémica.
Pero claro, en el caso de muchos cubanos, irse no es tan fácil. ¿Cómo volver a un país que te persiguió, que te desterró y que ahora ni te quiere recibir? Esa es la verdadera tragedia.
Y mientras Washington aplica mano dura, La Habana se niega a cooperar. El migrante cubano queda, como tantos otros, atrapado entre dos sistemas que lo usan como ficha política, sin patria, sin garantías y ahora también con una deuda que ni en tres vidas podrá pagar.
