La madrugada del jueves se tiñó de tragedia en Santiago de Cuba, donde un joven de apenas 31 años fue asesinado a sangre fría en lo que parece ser otro caso de violencia doméstica. El hecho ocurrió en la zona de El Campito y Callejuela, cerca de la Avenida Martí, y ha dejado consternada a toda la comunidad.
La víctima fue Isael Almarales Calzado, natural de Guantánamo, según confirmó el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada. El presunto crimen fue cometido por su pareja sentimental, Yanileisi Mustelier, quien, tras una fuerte discusión, supuestamente lo atacó con un arma blanca, clavándole una puñalada mortal en el cuello.
Los vecinos cuentan otra historia
Aunque Mustelier intenta desvincularse del hecho, los testigos la escucharon llorando y pidiéndole perdón a Isael después del ataque, lo que contradice su versión. Según Mayeta, la escena fue desesperante: gritos, llanto, y luego el intento desesperado de los vecinos por socorrer al joven, quienes lo trasladaron en un carro de bomberos al Hospital Provincial Saturnino Lora. Lamentablemente, las heridas eran demasiado graves y falleció poco después de su ingreso.
Una niña sin padre y un país sin justicia
Isael deja detrás a una niña de solo tres años, que ahora tendrá que crecer sin el abrazo de su papá. Mientras tanto, la presunta agresora está detenida como principal sospechosa, y la Policía Nacional Revolucionaria acordonó el área para iniciar la investigación correspondiente.
Este crimen, como tantos otros que estremecen cada semana al país, expone el descontrol social y la falta de respuestas efectivas ante la violencia, especialmente en el ámbito doméstico. Mayeta fue directo al punto: “Este lamentable suceso resalta la urgencia de enfrentar la violencia de pareja, sin importar el género, y exige una respuesta firme del sistema judicial cubano”.
Una Cuba donde el crimen no descansa
No se trata de un hecho aislado. La violencia letal está desatada en toda la Isla, mientras el régimen sigue más ocupado en maquillar cifras que en proteger a su pueblo. En Cienfuegos, las autoridades capturaron recientemente a uno de los implicados en un doble asesinato que había quedado sin resolver. En Las Tunas, otro joven fue asesinado en plena actividad pública durante la apertura del verano. A plena luz del día y frente a decenas de personas, la impunidad quedó al desnudo.
Y en La Habana, un caso estremecedor dejó sin palabras a todos: una niña de apenas seis años fue asesinada, y el presunto responsable resultó ser un vecino con antecedentes. El clamor popular exige más que palabras: pide acción, vigilancia real y prevención efectiva. Pero, como siempre, el aparato represivo del régimen solo reacciona cuando ya es demasiado tarde.
Mientras Cuba se hunde en la inseguridad y la desesperanza, el pueblo sigue desprotegido, abandonado a su suerte por un sistema que se desmorona, incapaz de garantizar lo más básico: la vida.
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