En medio del apagón económico, la censura rampante y un país que se cae a pedazos, los reguetoneros cubanos Dany Ome y Kevincito El 13 han tirado la bomba: van de gira nacional por la isla. La noticia, compartida con bombo y platillo en Instagram, desató tremendo revuelo entre sus seguidores: “Confirmado… Cuba coge”, soltaron junto a fotos que huelen a backstage, escenarios y mucho humo.
Todavía no se sabe ni cuándo ni dónde, pero el anuncio ya corre como pólvora por las redes. Y no es para menos: en una isla donde la vida cultural se ve cada vez más limitada por la crisis y la represión, cualquier evento de este tipo se vuelve un oasis emocional para muchos jóvenes. Aunque, claro, no falta quien vea en estas giras una herramienta de distracción cuidadosamente tolerada por el régimen.
Dany Ome, con su estilo irreverente y letras que a veces cruzan la línea, ha sabido ganarse al público, mientras que Kevincito El 13, siempre explosivo en tarima, ha demostrado que no necesita de campañas políticas para prender una multitud. Los dos juntos prometen música pegajosa, twerking sin tregua y, quizás, un respiro temporal de la realidad asfixiante que se vive en Cuba.
¿Pero qué hay detrás del telón? Porque si algo ha demostrado el castrismo es que no da espacio sin pedir lealtad a cambio. Y en un país donde te pueden cancelar por cantar algo que no conviene, muchos se preguntan si estas giras son verdaderamente libres o si se mueven dentro de los márgenes que traza el poder.
Lo cierto es que la gente está deseando fiesta, y estos reguetoneros lo saben. Después de tanto tiempo sonando fuera de Cuba, ahora regresan con ganas de “reconectar” con el público del patio. Pero, como todo en la isla, eso también levanta cejas.
¿Será esta gira una verdadera movida cultural o solo otro caramelito para distraer al pueblo mientras la olla sigue a presión? Lo sabremos en 2025, si la gasolina aparece, si no cortan el internet… y si los artistas logran bailar sin pisar callos oficiales.