En medio del desgaste físico y mental que sufre el pueblo cubano por los eternos apagones, el calor infernal y la imposibilidad real de pegar un ojo en las madrugadas, el periódico estatal Venceremos ha decidido aportar su “granito de arena”… con una lista de consejitos de autocuidado que más parecen una burla.
Entre lo que proponen están infusiones de hierbas, leche caliente con miel, paseos nocturnos y respirar profundo antes de dormir. Como si el pueblo no estuviera ya al borde del colapso respirando hondo desde hace meses, entre apagones de hasta 20 horas, mosquitos asesinos y un calor que ni el Caribe más ardiente aguanta.
Una receta de privilegio en medio del desastre
Según el panfleto oficialista, “beber un vaso de leche caliente con miel una hora antes de dormir puede mejorar nuestra calidad de sueño”. Claro, como si la leche no estuviera desaparecida y la miel no costara más que un salario entero. Y ni hablar del agua caliente, que es un lujo reservado para unos pocos en esta isla donde ni ducharse es seguro.
Lo que indigna no es solo la desconexión del régimen, sino la hipocresía descarada con que pretenden maquillar una crisis que asfixia al país entero. Hablan de baños tibios y técnicas de relajación mientras miles de cubanos duermen en los balcones o en la azotea, esperando una brisita salvadora que nunca llega. Porque ni luz, ni ventilador, ni tan siquiera un abanico que funcione sin corriente.
Nada sobre los apagones, todo sobre la «rutina de sueño»
En ningún momento el artículo menciona las causas reales del insomnio crónico que sufre la población cubana: la falta de electricidad, el calor insoportable, los mosquitos sin control, el estrés de vivir con hambre, o el temor a enfermarse en un país sin medicamentos.
Pero sí se atreven a advertir que no dormir bien puede causar “ansiedad, problemas de concentración y lentitud de reflejos”, como si la gente en Cuba no estuviera ya estresada, agotada y al límite.
Un insulto a la inteligencia del pueblo
Lo que debería ser una estrategia para resolver una crisis nacional es sustituido por un artículo infantil que sugiere leer un libro antes de dormir. ¿Y con qué luz, caballero? ¿Con la linterna del celular, hasta que se acabe la batería y no haya cómo recargarlo?
Esto no es solo cinismo, es una muestra clara de cómo los medios controlados por el régimen prefieren ignorar la miseria para recetar misticismo y aguaje. En vez de exigir soluciones reales, se refugian en recetas de abuela, vacías y ridículas.
El insomnio cubano no es un problema clínico, es político
Dormir mal no es solo un problema de salud, es el síntoma brutal de un sistema que se ha derrumbado sobre la gente. La falta de descanso, la ansiedad y la desesperanza no se curan con manzanilla, sino con cambios profundos en una estructura podrida por décadas de desidia, represión y robo institucional.
Y mientras tanto, la venta de ansiolíticos y sedantes sigue disparada, porque en la Cuba actual, la única forma de dormir es a pastilla limpia o por puro agotamiento físico.
Así que no, no es falta de respiración profunda. Es falta de respeto y de soluciones reales. Y el pueblo lo sabe.