¿Te imaginas ir al cementerio a visitar a tus seres queridos y encontrarte con montones de ataúdes rotos, abiertos y tirados como si fueran basura? Pues algo así está ocurriendo en San Luis, Santiago de Cuba, y las imágenes están dando la vuelta en redes sociales gracias al periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada. Lo que se ve es tan doloroso como perturbador: cajas fúnebres amontonadas, despedazadas y sin el más mínimo respeto.
Y es que otro episodio de abandono y desidia estatal está sacudiendo a los vecinos de San Luis. La gente está indignada tras descubrir un espectáculo macabro: ataúdes deteriorados, desparramados por el cementerio local como si fueran simples escombros. ¡Imagínate el susto y el coraje!
Las fotos publicadas en Facebook por Yosmany Mayeta Labrada hablan solas: cofres funerarios abiertos, madera astillada, tapas arrancadas y un desorden que da escalofríos. Lo más triste es que estos ataúdes, en su día, guardaron a personas con familias, historias y afectos. Hoy parecen desechos de cualquier basurero.
Según los vecinos, estos ataúdes fueron sacados tras exhumaciones recientes, pero ¡nada de protocolos sanitarios ni respeto mínimo por los restos humanos! Todo quedó expuesto, como si no importara. “Es doloroso y hasta indignante ver cómo se trata la muerte en este país. No hay respeto ni para los vivos ni para los muertos”, soltó un vecino que, como es lógico, está más que consternado.
Pero no solo es indignación: también hay pestilencia y miedo. El hedor es tan insoportable que muchos ni se atreven a acercarse al cementerio. “Si así terminarán nuestros seres queridos, entonces que nos los den y los enterramos en el patio de la casa”, disparó una mujer, visiblemente furiosa.
Y la cosa es grave. Más allá del repudio moral, esto podría ser un problema de salud pública. Estamos hablando de ataúdes posiblemente contaminados, materiales biológicos al aire libre, todo en un espacio rural sin supervisión. ¡Una bomba sanitaria que podría explotar en cualquier momento!
Para colmo, las autoridades están calladas. Ni el gobierno local ni las funerarias han salido a dar la cara. Los vecinos, mientras tanto, exigen respuestas urgentes y sanciones a los responsables. Es que ni la muerte se libra del abandono bajo el régimen cubano.
Y ojo, esto no es un caso aislado. En el cementerio San Rafael, en Colón, Matanzas, la historia se repite. Allí, igual se ven osarios abiertos, huesos al aire, capillas destruidas y un ambiente de pura insalubridad. Lugares que deberían ser de descanso y respeto, convertidos en paisajes de terror.
Mientras tanto, muchos cubanos se preguntan: ¿hasta dónde va a llegar el abandono? Porque parece que en Cuba, ni los muertos pueden descansar en paz.
