Desde su celda, el reguetonero cubano Chocolate MC volvió a desatar la tormenta. Esta vez su blanco fue nada menos que Lina Luaces, la joven elegida recientemente como Miss Universo Cuba, a quien acusó de no ser “cubana de verdad” y de representar algo ajeno al alma del país.
Con el tono callejero y sin filtros que lo caracteriza, Yosvanis Sierra, como realmente se llama el artista, soltó por teléfono una andanada de críticas que en cuestión de horas encendió las redes sociales.
“Le dieron la corona a la feísima esa, y no es por tirarle hate, pero tengo que decir la verdad. Ahí había una pila de chamacas ‘super frescas’ que sí son cubanas de verdad”, soltó, entre risas e ironías, en un audio difundido desde la prisión donde cumple condena.
El punto que más le molestó al reguetonero fue, según él, la falta de autenticidad en el acento y el estilo de Lina. “Miss Cuba es un bote. ¿Cómo le van a dar la banda a una jevita que ni sabe hablar como nosotros?”, preguntó en tono burlón, imitando con exageración una supuesta frase de la joven: “Uno momento… porque yo soñar desde niña con llegar”.
“Cada vez que la oigo hablando boto los pines”, soltó, entre carcajadas, dejando claro que, para él, la representación de la mujer cubana tiene que tener calle, sabor, acento y vivencias reales de la isla.
Pero fue una frase en particular la que dejó a todos boquiabiertos: “Mi reina, tú nunca has asediado al turismo”. Esa línea, cargada de polémica, ha provocado un vendaval de opiniones encontradas, y ha abierto de golpe la herida no cerrada del debate sobre la identidad nacional.
Entre aplausos, memes y fuego cruzado
Para muchos, Chocolate soltó lo que otros pensaban pero no se atrevían a decir. “Dijo la verdad, aunque duela”, “Por una vez, tiene razón el Choco”, y “Ese audio era lo que necesitábamos escuchar”, fueron algunos de los comentarios que inundaron páginas como Reggaeton Cuba Viral, donde el clip ya supera los 2 mil comentarios.
Los defensores de su postura insisten en que Lina está desconectada de la realidad cubana. “Ella no sabe lo que es un apagón de 12 horas ni colarse en una cola de pollo”, soltó un internauta. Otro fue más ácido: “Cuba no es una bandera, es arroz con huevo, es sudor, es la bodega vacía”.
Pero también hubo quienes salieron a defender a Lina con uñas y dientes. Para ese sector, la joven no necesita haber crecido entre apagones para representar al país. “Ella tiene clase, habla inglés perfecto, es culta y elegante”, respondió un seguidor. “Cuba también vive fuera de Cuba. Y los hijos del exilio tienen tanto derecho como los que se quedaron.”
Un grupo más crítico apuntó sus cañones contra el propio Chocolate: “¿Y tú eres el que va a hablar de clase y elegancia desde la prisión?”, “Habla peor que ella y se cree el académico de la RAE”, y “Si eso no es misoginia, no sé qué es”, fueron algunos de los comentarios que le tiraron de vuelta.
La corona que reventó el debate sobre la cubanía
Lo que parecía una simple polémica por un certamen de belleza terminó exponiendo una fractura profunda dentro de la identidad nacional cubana. ¿Qué significa hoy ser “auténticamente cubano”? ¿Hace falta nacer en la isla o basta con llevarla en el corazón? ¿Hay que hablar como en el solar para ser legítimo?
La elección de Lina Luaces como Miss Universo Cuba ha tocado fibras sensibles. Para unos, es una embajadora global de la Cuba moderna; para otros, una impostora que desconoce el verdadero sacrificio del pueblo.
Mientras tanto, el país sigue dividido entre la isla y el exilio, entre el español con acento y el “asere que bola”, entre las vivencias reales y las banderas simbólicas.
Una cosa sí está clara: en Cuba, hasta una corona puede convertirse en campo de batalla. Y Chocolate, como siempre, no se quedó callado.