¡Qué lío se armó en TikTok! Una joven cubana decidió plantarse firme y responder, sin pelos en la lengua, a quienes la criticaron por lucir orgullosa su pulsera de santería. Porque si algo tienen las redes sociales, es que sacan lo mejor… y lo peor de la gente. Y esta historia es la prueba viviente de cómo un simple detalle en un video puede desatar tremendo debate sobre religión, respeto y libertad individual.
Todo empezó cuando la chica, usuaria de TikTok, publicó uno de sus videos y, entre comentarios cariñosos y corazoncitos, le cayó uno bien cargado de juicio. Un internauta, probablemente sintiéndose el guardián de la moral y la fe ajena, le soltó: “Y la pulsera de santera en la mano… Busca a Dios y deja de estar matando pollos y cabras”. ¡Boom! Así, sin anestesia.
Pero la joven cubana no se quedó callada, ni mucho menos. Respondió con una seguridad que dejó a más de uno con la boca abierta. Con la frente en alto y el tono bien claro, le contestó: “Señor, busque a Dios usted primero, para que sane todo ese odio que tiene en su corazón, que lo lleva a estar comentándole cosas feas a personas que ni siquiera conoce.” ¡Tremendo bofetón, pero con guante blanco!
La cubana quiso dejar algo clarísimo: cada quien tiene derecho a vivir su fe como le dé la gana, sin tener que aguantar ataques o prejuicios. “Si usted estuviera en paz consigo mismo, si fuera tan creyente de Dios, no estaría aquí en las redes criticando a los demás ni hablando de la religión de las personas”, explicó, con una calma y una lucidez que muchos aplaudieron.
Y, por si quedaba alguna duda, cerró con una frase digna de enmarcar: “Busque de usted primero, y después lo busco yo.” Esa respuesta se hizo viral, acumulando miles de likes y generando una ola de reacciones entre quienes aplaudieron su valentía por no dejarse pisotear y defender sus creencias con dignidad.
Lo cierto es que en Cuba, la santería es mucho más que pulseras o rituales: forma parte de las tradiciones culturales y religiosas más profundas del país. Sin embargo, sigue siendo tema de controversia, sobre todo en redes sociales, donde se cruzan visiones religiosas distintas y donde, muchas veces, la falta de respeto se esconde detrás de una pantalla.
La historia de esta joven cubana es un recordatorio de que la fe es personal, y que nadie debería sentirse con derecho a juzgar la espiritualidad de los demás. Y si algo dejó claro ella en su TikTok es que en temas de religión, cada quien camina su propio camino… ¡y que nadie venga a mandar en su muñeca ni en su vida!