Si algo tiene claro Samantha Espineira es que ella vive su vida a su manera y sin pedirle permiso a nadie. Y esta semana volvió a demostrarlo, encendiendo las redes con un mensaje tan contundente como sensual. Porque sí, la influencer cubana decidió callar a sus haters desde la comodidad de su cama… ¡y enseñando curvas!
Todo comenzó cuando Samantha subió un video a sus redes sociales, fiel a su estilo provocador y sin filtro. Esta vez, apareció con un traje de baño negro que le quedaba de escándalo, mientras se dirigía, directa y sin rodeos, a todos esos que se la pasan criticándola.
“No se desgasten hablando mal de mí. A mí lo único que me importa es mi familia, hacer dinero y ser mi mejor versión. Los demás me vienen dando igual”, soltó Samantha, con esa seguridad que la ha convertido en una figura tan polémica como seguida. Con solo esas pocas palabras, dejó clarísimo que las críticas no le quitan ni un minuto de sueño… ni de sus planes.
En el video, grabado desde lo que parece su habitación, Samantha aparece sentada sobre la cama, con un gesto súper relajado, pero con un tono firme y decidido. Es como si estuviera diciendo: “Aquí mando yo, y punto.” Su publicación no tardó nada en reventar las redes, cosechando cientos de comentarios y reacciones. Muchos de sus seguidores la aplaudieron por su seguridad y por no dejarse aplastar por la negatividad.
Hay que decir que Samantha no es ninguna desconocida en el mundo digital. Se ha ganado su espacio en redes gracias a su imagen impactante, su contenido atrevido y, por supuesto, sus sonadas relaciones amorosas. Y aunque las polémicas la persiguen casi tanto como los likes, esta vez dejó claro que está cansada de darle explicaciones a quienes hablan sin conocerla.
Mientras algunos la critican, ella sigue enfocada en lo suyo: su familia, su dinero y en convertirse en la mejor versión de sí misma. Y aunque pueda dividir opiniones, algo es seguro: Samantha Espineira no piensa bajarle ni un poquito a su autenticidad. Y con cada video, deja claro que está aquí para brillar… y que el resto simplemente tendrá que verla brillar.