En un giro inesperado —aunque todavía con cuidado quirúrgico— el cantante cubano Israel Rojas, líder del grupo Buena Fe y uno de los artistas más leales al discurso del régimen, decidió opinar sobre la escandalosa afirmación de la ministra Marta Elena Feitó, quien hace apenas días negó la existencia de mendigos en Cuba, asegurando que eran “personas disfrazadas”.
Y sí, aunque la crítica de Rojas no fue frontal ni usó nombres, la pedrada fue directa.
Desde sus redes sociales, el cantautor soltó una reflexión que, sin salirse del redil ideológico, dejó claro que ni siquiera él pudo digerir el nivel de desvergüenza y falta de humanidad de las palabras de Feitó. “Quizás va siendo hora de separar las carteras de trabajo y seguridad social”, comenzó diciendo, y desde ahí fue deshilando una serie de ideas que ponían en evidencia lo que muchos ya venían denunciando: el régimen ha abandonado a los más frágiles.
Rojas habla de “empatía con los más vulnerables”, de alcoholismo como enfermedad, de ancianos solos como heridas en el corazón de la patria. Palabras que suenan duras viniendo de alguien que, hasta ahora, ha usado su música y su fama para justificar los atropellos del sistema.
Cuando hasta los voceros del régimen se incomodan
Resulta revelador que una figura como Israel Rojas, que ha defendido con uñas y dientes cada paso del castrismo, sienta la necesidad de marcar distancia frente a una declaración tan absurda como la de que en Cuba no hay mendigos. Porque esa mentira, lanzada sin rubor por una funcionaria del más alto nivel, ha puesto en evidencia el abismo entre el pueblo y su cúpula dirigente.
El líder de Buena Fe menciona incluso instituciones y proyectos sociales que, muchas veces a pulmón y sin respaldo oficial, intentan paliar el desastre que el propio Estado ha creado. Cita al Cabildo Quisicuaba, a iglesias locales, a organizaciones comunitarias que alimentan y asisten a personas en situación de calle —sí, esos mismos que la ministra dice que no existen—.
Habla también del Centro de Deshabituación de Adolescentes Adictos a las Drogas y las casas de niños sin amparo filial, reconociendo la labor abnegada de quienes aún intentan hacer algo dentro del caos.
La verdad que el régimen no quiere mirar
Rojas no se detiene ahí. Recuerda que el Instituto de Trabajo y Seguridad Social fue eliminado, y que las funciones que debería cumplir el MTSS “no han sido absorbidas como se prometió”. En otras palabras, la burocracia destruyó estructuras sin poner nada mejor en su lugar, dejando desprotegidas a miles de personas.
Y aunque su discurso sigue atado al “sombrilla con apoyo gubernamental”, Israel Rojas insinúa que las soluciones podrían venir de la sociedad civil, de los colectivos no institucionalizados, de los activistas y ciudadanos que se niegan a mirar hacia otro lado.
El cinismo tiene un límite
Lo de la ministra Feitó ha sido un tiro en el pie para el castrismo. No solo ha generado reacciones furiosas en redes y duras críticas de artistas como Luis Silva (Pánfilo) y Luis Alberto García, sino que ha obligado incluso a Díaz-Canel a emitir una “reprimenda tibia” sin mencionar a su subordinada, como ya recogimos en un artículo anterior. Ahora, se suma Israel Rojas, que aunque siga “dentro del equipo”, dejó claro que hay líneas que no está dispuesto a cruzar.
Porque decir que no hay mendigos en Cuba, cuando la pobreza extrema se respira en cada esquina, no es solo una mentira. Es una bofetada a la realidad.
Y si hasta los artistas pro-régimen lo reconocen, es porque el relato oficial ya no se sostiene ni entre los suyos.
