¡La bandera cubana se paseó en alto por todo Manhattan, caballero! Y quien la llevaba con tremendo orgullo era nada más y nada menos que Eduardo Antonio, quien se convirtió en el Rey del Carnaval Cubano de Nueva York 2025.
Con una capa de plumas naranja que parecía sacada del mismo Tropicana, pantalones dorados que brillaban más que el sol y la enseña nacional ondeando sin miedo, El Divo se robó todas las miradas mientras desfilaba por las calles neoyorquinas. Pero su desfile no fue solo puro espectáculo: aprovechó para soltar un grito de libertad para Cuba y exigir el fin de la dictadura, algo que resonó fuerte entre la multitud que lo vitoreaba.
“¡Libertad para Cuba!” gritó Eduardo, dejando claro que aunque esté lejos de su tierra, no se olvida del sufrimiento de los cubanos que siguen bajo las garras del régimen.
El look espectacular del cantante fue obra de su productor y esposo, Roy García, quien se inspiró en los días dorados de Eduardo como figura juvenil del mítico Cabaret Tropicana. Aquellos tiempos, aunque llenos de lentejuelas y brillo, no podían tapar la censura ni las limitaciones impuestas por la dictadura, algo que el artista nunca ha dejado de denunciar ahora que puede hablar sin mordaza.
El recorrido se hizo aún más explosivo cuando Daniela Darlin, cantante cubana vestida como una vedette de Tropicana, se unió a Eduardo en la carroza decorada con los colores de la bandera cubana. Entre ritmos caribeños y bailes que sacudían la calle, ambos encendieron al público, demostrando que la cultura cubana es mucho más grande que cualquier régimen que quiera aplastarla.
Este evento, conocido como el Carnaval Cubano de Nueva York o también el Desfile Cubano e Hispanoamericano, es más que una simple fiesta. Para los cubanos en el exilio, es un puente poderoso que une sus raíces con el presente, una manera de mantener viva la identidad y recordar que, aunque la dictadura pretenda borrarlos de la historia, la cultura y el espíritu cubano siguen latiendo fuerte donde quiera que haya un cubano libre.
Porque si algo dejó claro Eduardo Antonio con su capa de plumas y su bandera al viento, es que ni el exilio ni la distancia pueden apagar el deseo de ver a Cuba libre.