Oye, mi gente, esto está buenísimo. Un cubano radicado en Tampa, Florida, ha puesto a arder las redes con un video donde muestra cómo enseña a su hijo que el dinero no aparece como por arte de magia. Y es que, en medio de tanto “cuento de hadas” que suelta el régimen cubano sobre prosperidad, este hombre demuestra que en la vida real el dinero se suda.
Se trata de Jorge Rodríguez, conocido en TikTok como @soyjorgeelbomberofitness, quien es bombero, paramédico y entrenador personal, y que además es un cubano de pura cepa que llegó a EE. UU. huyendo del hambre y la miseria del “período especial”. Nada que ver con los cuentos del paraíso revolucionario.
En su video, que ya pasa de los 23 mil “me gusta” y suma más de 2.700 comentarios, Jorge cuenta que su hijo le pidió 50 dólares y él no se los soltó así porque sí. “Tengo un trabajito para ti por 50 pesos”, le soltó, mientras lo llevaba al patio con una cubeta en la mano. “Mira, lo que yo quiero que tú hagas es que me arranques esas hierbitas… todas, y no te me vayas a confundir arrancándome una mata buena. Cuando termines, you got fifty dollars.”
Y mientras muchos podrían decir que es demasiado exigente, Jorge no se deja intimidar: “Muchos de ustedes van a decir: ‘¡coño, qué abusador tú eres, que si el sol, que si hace mucho calor!’, pero mi gente, tenemos que enseñarles a nuestros hijos que el dinero no crece en las matas.”
Según cuenta Jorge, su hijo es tremendo muchacho, pero para él es clave que sepa lo que cuesta ganarse la plata. “Cada vez que él necesita dinero, le invento algo aquí en la casa para que se lo gane y aprenda el valor de las cosas. Y usted debería estar haciendo lo mismo”, dice bien serio, pero con ese cariño de padre cubano que no deja espacio para la flojera.
El video ha encendido un debate sobre la crianza, los valores y cómo educar a los chamacos. Entre miles de comentarios, la mayoría aplaude al cubano por su lección. Gente comentando: “Eso está bien hecho, muy bien hecho”, o “eso no es ser abusador, eso es enseñar”. Otros sueltan frases como “el trabajo no mata, te forma” y “así es como se aprende a valorar el dinero y a no darlo por sentado”.
Hubo quien reflexionó: “Cuando termine y le des los $50, vela que lo va a pensar dos veces antes de gastarlos, porque no fueron regalados.” Otros lo resumieron con cosas como “eso se llama principios” o “eso es hacer un hombre de bien”.
No faltaron las anécdotas personales. Una madre contó que su hijo, desde los cinco años, hacía de todo para ahorrar y se compró primero una Nintendo y después una PlayStation. Otro usuario recordó que su crianza fue igualita y ahora aplica lo mismo con sus hijos, que también respetan el sudor de la frente. “Yo también hice lo mismo con los míos y ahora me lo agradecen”, comentó otro orgulloso.
Claro, no todo fueron aplausos. Algunos criticaron a Jorge, acusándolo de aprovecharse del chamaco o de usarlo como contenido para redes. Pero la mayoría lo defendió con frases como “padrazo de manual”, “buen ejemplo” y “educación a la antigua”. Porque, sinceramente, en estos tiempos donde los chamaquitos lo quieren todo fácil y rápido, lecciones como esta valen oro.
Jorge Rodríguez no es ningún improvisado. Nació en Cuba en 1981 y tuvo que lanzarse al mar en balsa en 1994 durante el período especial. Pasó nueve meses preso en la base de Guantánamo antes de poder empezar de cero en EE. UU. Desde entonces, ha luchado con uñas y dientes, terminó sus estudios, se hizo bombero, paramédico, fisicoculturista campeón y, sobre todo, un cubano que no olvida de dónde salió ni las razones por las que jamás regresaría a vivir bajo la dictadura.
Hoy comparte con casi un millón de seguidores en TikTok y más de medio millón en Instagram sus consejos sobre entrenamiento, disciplina y superación. A veces presume su Lamborghini Gallardo, fruto de años de sudor, pero esta vez, su viralidad no vino por los lujos, sino por una enseñanza simple y contundente: el dinero no se regala, se trabaja.
En fin, mi gente: en un país como Cuba, donde el régimen sigue engañando con cuentos de prosperidad mientras el pueblo pasa hambre, historias como la de Jorge son un bofetón de realidad. Y un recordatorio de que en la vida real, nada cae del cielo… ni siquiera los dólares.
