El exoficial del Ministerio del Interior cubano, Daniel Morejón García, intentó colarse en Estados Unidos como si nada, escondiendo su historial sucio como parte del aparato represivo del régimen. Pero la jugada le salió mal: fue detectado, arrestado y deportado en tiempo récord, según confirmó un portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a Martí Noticias.
“Morejón García es un extranjero ilegal que ocultó su vínculo con el MININT y su rol en la represión del pueblo durante las protestas del 11J”, dijo claramente el vocero del ICE. Y con eso quedó todo dicho.
La mentira no le duró mucho
El exagente fue detenido el 30 de abril en el sur de la Florida, tras una operación conjunta entre HSI, el FBI y la CBP. Ese mismo día, un juez migratorio le estampó la orden de deportación. El vuelo de regreso a su madriguera partió el 30 de mayo, sin demoras ni contemplaciones.
Justo cuando el régimen anunció —con su habitual tono frío y burocrático— la repatriación de 130 cubanos, entre ellos cinco bajo libertad condicional, en un vuelo coordinado con las autoridades estadounidenses. Por supuesto, el nombre de Morejón brilló por su ausencia en la nota oficial.
El pasado lo delató
Fue gracias a una denuncia de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) que se activó todo el proceso. Según ICE, se reunieron documentos oficiales y evidencia creíble que confirmaban el rol de Morejón dentro del Partido Comunista y el MININT.
Entre sus “méritos revolucionarios”, se destaca haber sido presidente del Consejo de Defensa Nacional en Artemisa y miembro de las temidas Brigadas de Respuesta Rápida, esos grupos parapoliciales que el régimen suelta como perros de presa para reventar manifestaciones pacíficas.
“Hay pruebas gráficas y documentos que lo muestran reprimiendo manifestantes durante el 11J. No hay dudas de que formaba parte activa del sistema represivo cubano”, subrayó ICE.
Un poco de justicia al fin
Para Luis Domínguez, investigador de la FHRC y quien llevó adelante la denuncia, la deportación fue “un acto de justicia”.
“En solo un mes lograron sacarlo. Quienes están presos por pedir libertad en Cuba, al menos sabrán que ese represor ya no camina libremente por Estados Unidos”, declaró Domínguez a Martí Noticias.
Pero el asunto no se quedó ahí.
De vuelta a la guarida, pero con cola
Desde su regreso a Artemisa, Morejón no se ha quedado tranquilo. Según reportes de la FHRC, vecinos de Las Cañas lo acusan de andar intimidando a quienes colaboraron con la denuncia, incluso amenazando testigos.
Y para colmo, se le ha visto escoltado por agentes del MININT, lo que indica que volvió a su zona de confort: la represión con impunidad.
“El hombre no ha perdido tiempo en reengancharse con la Seguridad del Estado”, advirtió Domínguez. Mientras tanto, el régimen guarda silencio, como suele hacer cuando no sabe cómo justificar sus vergüenzas.
ICE manda un mensaje claro
El gobierno estadounidense ha dejado claro que no tolerará la presencia de violadores de derechos humanos en su territorio. “Pedimos al público que denuncie a cualquier represor que intente entrar o ya esté en EE.UU.”, indicó ICE, recordando que las denuncias pueden hacerse de forma anónima a través del 866-DHS-2423 o su formulario en línea.
Porque si algo está claro, es que los cómplices del castrismo ya no pueden esconderse tan fácilmente. El exilio también está aprendiendo a cerrarles la puerta en la cara.
