El influencer cubano Alex Otaola no se mordió la lengua y arremetió sin piedad contra la exministra de Trabajo y Seguridad Social del régimen, Marta Elena Feitó, luego de sus indignantes declaraciones en las que aseguró que en Cuba «no hay mendigos, sino gente disfrazada”.
Desde su espacio ¡Hola! Ota-Ola, el presentador desmontó el absurdo con pruebas contundentes: imágenes y videos reales de cubanos viviendo en la calle, escarbando entre la basura para sobrevivir, reflejo crudo de una realidad que el régimen pretende tapar con cinismo y desvergüenza.
“¿Disfrazados? ¡Disfrazado estás tú de ministra mientras la gente se muere de hambre!”, podría haber sido el resumen del tono con que Otaola arremetió contra las palabras de Feitó, que dejaron claro lo que ya muchos sabemos: la cúpula comunista vive en una burbuja de privilegios, completamente desconectada del dolor de su pueblo.
El influencer no se quedó en la crítica superficial, y fue al grano con una de sus frases más potentes:
“Tú, que andas buscando comida en la basura, ahora no solo eres un hambriento, sino un delincuente en tu propio país. Para esta gente, eres ilegal por tratar de sobrevivir”, dijo, dejando en evidencia el desprecio con el que el castrismo trata a sus propios ciudadanos.
Lo más alarmante es que estas declaraciones no vinieron de cualquier burócrata, sino de quien durante años estuvo a cargo de las políticas laborales y de protección social en Cuba. ¿Qué se puede esperar de un sistema donde sus propios líderes niegan la existencia del hambre, la miseria y el abandono?
Para Otaola, esto no es más que una muestra clara de la deshumanización total del castrismo, ese que se llena la boca diciendo que está “al lado del pueblo”, pero que abandona a ese mismo pueblo a su suerte, mientras les llama “disfrazados” por vivir en las aceras o debajo de un puente.
El show de la mentira ya no convence a nadie, y cada vez son más los cubanos que ven en figuras como Otaola una voz que dice lo que ellos gritan en silencio. Porque en un país donde te criminalizan por estar hambriento, la verdadera vergüenza no es vivir en la calle, sino seguir defendiendo al régimen que te empujó allí.