Dany Ome y Kevincito El 13 publican foto con un policía en La Habana y se destalla la polémica en redes sociales: «Ahí están, orgullosos de posar con los represores»
Lo que parecía una simple foto callejera terminó convirtiéndose en una bola de fuego en redes sociales. Los reguetoneros cubanos Dany Ome y Kevincito El 13, de visita en La Habana, posaron bien sonrientes junto a un policía de tránsito uniformado, y la imagen, lejos de caer bien, encendió la polémica como fósforo en seco.
La instantánea fue publicada en Instagram por el influencer Un Martí To Durako, y no tardó en levantar una lluvia de críticas entre los seguidores más activos contra el régimen cubano. Porque una cosa es ir a ver a la familia y otra muy diferente abrazar al sistema que reprime a tu propio pueblo.
Uno de los primeros en soltar el martillazo fue el presentador Alexander Otaola, quien no se guardó nada:
“Ahí están, orgullosos de posar con los represores. Y después se ofenden cuando les dicen pan con bistec”, soltó sin anestesia.
Y lo que vino después fue un vendaval de indignación. Los comentarios en redes iban desde el asombro hasta la decepción total: “Se tira la foto con los mismos que un día le reventaron la cara a su mamá por protestar”, “Esa gente no tiene ni principios ni memoria”, “Yo no pago ni un centavo para ver a esos auras, y menos sabiendo que andan en Cuba dándole bombo a la dictadura”.
Pero lo más fuerte vino cuando varios usuarios recordaron el pasado de la madre de Dany Ome, quien fue parte de las Damas de Blanco, valientes mujeres que se enfrentaron a golpes, acoso y cárcel por exigir libertad.
“La madre tuvo que exiliarse por culpa de tipos como ese policía… y ahora el hijo se retrata feliz como si nada”, reclamó una seguidora indignada.
Además de la foto, lo que caldeó aún más los ánimos fue que los artistas tienen programados dos conciertos en La Habana los días 18 y 19 de julio, en el recinto de Pabexpo. Su presencia en la Isla y su cercanía con figuras del sistema han dividido a los fans y generado un debate caliente sobre los límites entre la música y la moral.
Para muchos, visitar Cuba no es pecado, pero hay líneas que no deben cruzarse.
“Una cosa es ir a ver a tu gente, y otra bien distinta es posar con un singao de uniforme”, escribió otro usuario, en un comentario que resume el sentir de buena parte del exilio.
La controversia deja claro que en tiempos donde la represión es pan de cada día en Cuba, cualquier gesto que parezca coqueteo con el sistema se paga caro en redes y en conciencia. Y aunque algunos intenten justificarlo con frases como «hay que separar el arte de la política», lo cierto es que cuando la política te ha partido la vida, no se olvida tan fácil.
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