Una simple consulta médica terminó virando pa’l relajo cuando Luis Silva, mejor conocido como Pánfilo Epifanio, volvió a hacer de las suyas en un sketch donde el invitado especial fue nada menos que Orlando Fundichely, el galán de novelas reconvertido en un doctor con más aguante que un carrito de helado en agosto.
Desde el arranque se siente que la cosa va pa’ lo cómico. Pánfilo, con su carita de no haber roto un plato, le suelta al médico: “¡Médico, qué clase de susto usted me ha dado!” Y es que el galeno, sin mucha ceremonia, le anuncia que tiene que hacerse un examen de orina. Hasta ahí, todo parece normal… pero ya sabemos que con Pánfilo no hay rutina que valga.
Con esa lógica que solo entiende un cubano de barrio, el viejito empieza a justificar que a su edad sacarse sangre es una odisea, y sugiere hacerlo “del dedo… o del oyo”, dejando al doctor entre la risa contenida y la confusión absoluta. A lo que el médico, con la mayor calma del mundo, le aclara: “Pánfilo, es un examen de orina.” Y el otro, como si siempre lo hubiese sabido, responde muy quitado de bulla: “¡Ah sí, perfecto, perfecto!”
Pero la joya del sketch viene después.
Minutos más tarde, entra Pánfilo con la misma cara de misión cumplida y un pomo en la mano. “Disculpe la demora, aquí está lo que usted me pidió.” El médico, extrañado, le pregunta qué es eso. Y ahí suelta la bomba: “El cafecito. Todavía no tiene azúcar, pa’ que usted le eche a gusto.”
¡Tremendo lío! En vez del famoso examen, lo que trajo fue un pomo con café. La cara del doctor lo dice todo, entre incredulidad y ternura. “¡Pánfilo, yo no le pedí café! Usted tiene que prestar atención cuando se le habla.”
Y ahí viene la explicación más criolla del mundo: “Estaba viendo eso que usted tiene puesto allá en el televisor.” El sketch da un giro inesperado. Ambos se quedan mirando la pantalla, enganchados con una novela que los pone a llorar como niños chicos.
Entonces, el doctor le pregunta, con la emoción en la voz: “¿Y cómo se llama esa plataforma, Pánfilo?”
A lo que el viejo responde, solemne como si anunciara el secreto del universo: “PronyrTV.”
Y con eso cierra el sketch, con el clásico eslogan que ya suena pegajoso: “PronyrTV, tu historia está aquí.”
Detrás de este momento mágico está Orlando Fundichely, que muchos recuerdan por su larga carrera en el drama —entre Cuba y Perú— y que ahora se calza la bata de médico como si lo hubiera hecho toda la vida. Con su estilo serio y elegante, le da el contrapeso justo a la locura de Pánfilo, y el resultado es una comedia fina, bien actuada, sin exageraciones, pero con ese toque de picardía tan nuestro.
Después de la grabación, Fundichely no ocultó su emoción por compartir escena con Silva. “Conocí al artista, y al gran ser humano”, escribió en redes, dejando claro que este encuentro fue algo más que un trabajo.
Y es que Luis Silva sigue siendo una especie de brújula del alma cubana. Aunque Vivir del cuento ya no se transmite en la isla, su personaje se niega a morir, renaciendo en nuevos formatos, siempre cargado de esa mezcla entre humor, nostalgia y crítica social.