El viernes por la noche, el escenario de Pabexpo tembló cuando Dany Ome y Kevincito El 13 hicieron su entrada triunfal en La Habana. La apertura de su gira por Cuba arrancó con una explosión de luces, fuegos artificiales y bailarinas mientras sonaba “La L y”, uno de sus temas más pegados. El público no tardó en volverse loco, entregado a una noche que prometía ritmo, flow… y un par de tragos de olvido.
Desde Miami aterrizaron los artistas, con una producción que, para los estándares de la isla, parecía de otro planeta. El espectáculo fue pura energía y lo compartieron casi de inmediato en redes sociales. En Instagram, Dany Ome subió un fragmento del show que se llenó en segundos de comentarios y “likes”.
“Rompieron durísimo”, “Callando bocas como siempre”, “Rey entre reyes”, decían sus seguidores. Pero también se colaron mensajes que iban más allá del aplauso fácil. Muchos destacaron que, más allá del espectáculo, lo que brillaba era la conexión auténtica con el pueblo cubano. “Cuando se hable de talento y humildad, hay que hablar de ustedes”, soltó uno, en clara referencia a la entrega de los músicos.
Una noche de fiesta… con sabor a polémica
Pero como casi todo en Cuba, la alegría vino con su dosis de trago amargo. En medio del euforia, comenzaron a circular videos de peleas entre asistentes, un reflejo del ambiente tenso que reina incluso en los momentos de celebración. Y por si fuera poco, apareció Sandro Castro —sí, el nietísimo de Fidel— entre el público, muy campante, disfrutando del show.
Su presencia fue vista por muchos como una bofetada en la cara del cubano de a pie, ese que vive entre apagones, inflación y escasez mientras los hijos y nietos de los “históricos” gozan de privilegios obscenos. Las redes no se callaron: la indignación fue inmediata, con comentarios que señalaban la burla que representa ver a un Castro de fiesta en un país que agoniza.
Entre beats y contradicciones
Aunque la noche cerró como un éxito en términos de asistencia y entrega del público, no se puede ignorar el trasfondo. Este tipo de espectáculos, por más brillantes que sean, se dan en un contexto donde el pueblo cubano sobrevive entre carencias. Donde cualquier evento masivo parece también una válvula de escape, un momento fugaz para olvidar la pesadilla diaria que impone un régimen podrido.
Dany Ome y Kevincito El 13 regresan al escenario este sábado. Pero más allá del espectáculo, queda en el aire una pregunta incómoda: ¿hasta cuándo el talento de nuestros artistas servirá de telón para esconder las miserias de un sistema que solo sabe reprimir, manipular y resistirse a morir?
La música une, sí. Pero en Cuba, la música también denuncia, aunque no siempre sea con palabras.