La cosa está fea, pero cuando uno ve con sus propios ojos lo que está pasando en las bodegas cubanas, se le revuelve el estómago (y no por hambre). Un video publicado en TikTok por la usuaria @sheyreyes032 ha encendido las redes al mostrar el lamentable estado de una bodega en Matanzas. ¿Lo peor? Ni siquiera le dieron la cantidad completa de arroz que le toca por la libreta. Sí, en pleno 2025, todavía hay que pelear hasta por un puñito de arroz.
La joven empieza el video sin pelos en la lengua: “Así son las bodegas en Cuba y para colmo hasta me robaron arroz”. Con el teléfono en mano, camina hacia la bodega de su barrio, que desde fuera ya da señales del desastre. Paredes negras, piso sucio, estantes vacíos y un aire de abandono que deprime a cualquiera. “Aquí no hay nada. No hay higiene, no hay alimentos, no hay ni esperanza”, dice mientras muestra el panorama.
Y por si fuera poco, el sistema de abastecimiento, ese que antes funcionaba más o menos cada mes, ahora es un relajo. Ella misma lo cuenta: el arroz lo dan cada cuatro meses (¡si tienes suerte!), el aseo aparece cada seis y el café puede tardar hasta 10 meses. Y hay productos que simplemente no llegan. Como quien dice, la libreta es más decorativa que funcional.
Ese día, fue a buscar arroz para dos personas. Según las cuentas, le tocaban ocho libras. ¿Y qué recibió? Menos. Lo grabó todo, mostrando que los potecitos con los que miden el arroz no llegaron ni por asomo a completar la ración establecida. “Esto siempre es así, nunca te dan lo que te toca”, lamentó.
El video se llenó de comentarios: algunos indignados, otros burlones, pero todos con algo que decir. Desde “¿Y quiénes son los ricos en Cuba entonces?” hasta “Esa balanza tiene más años que mi abuela” y, cómo no, el clásico “Eso es normal donde hay un cubano”. La gente fuera de la isla también reaccionó: “¿Eso se los regala el gobierno o solo pueden comprar esa cantidad?”, “Ni pagando lo consigues” o incluso “Pero no parece que pase hambre…”.
Y no es un caso aislado. En mayo, otra cubana (@briana_matancera) mostró lo poco que recibió para dos personas: arroz, frijoles, chícharos, azúcar y una compota. Estantes vacíos, una pesa de museo y el mismo cuento. En abril, otro usuario (@rodriguez20245) enseñó su libreta con espacios en blanco donde deberían estar los productos cárnicos… pendientes desde el año pasado. Sí, como lo lees.
Hasta la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, ha tenido que reconocer lo obvio: el Estado no puede garantizar ni arroz, ni leche, ni café. Y en Santiago de Cuba, las autoridades admitieron rotaciones forzadas del pan, entregas incompletas y, como “solución”, picadillo extendido para niños y embarazadas. Como quien dice, la promesa de mejorar es otra historia inconclusa.
Mientras tanto, las redes se siguen llenando de imágenes que hablan por sí solas: bodegas vacías, gente frustrada y un sistema que ya no cumple ni con lo básico. Porque cuando ni el arroz llega completo, ya no queda mucho más que contar.