En Cuba, darse un gustico con la familia puede salir más caro que un viaje al extranjero… y si no que lo diga Yaneisy Canta, una cubana que se animó a compartir su experiencia en lo que llamó “el mejor hotel de Las Tunas”. Todo empezó con la ilusión de pasar un día bonito con los suyos, pero lo que terminó pagando casi la deja sin aire.
En su video de TikTok, Yaneisy cuenta que cuando llegaron al hotel pensaban que la entrada era de 500 pesos cubanos por persona. Pero al llegar a la caja, ¡sorpresa! El precio real era 2 000 pesos por adulto, y lo que incluía era tan básico que ni llenaba el huequito: un plato de chicharritas con “unas cositas” más. “Y más nada, caballero, más nada”, repitió con cara de frustración.
El video muestra a su familia disfrutando lo poco que había, porque a pesar del precio, la idea era que los niños pasaran un rato agradable. Fueron seis personas y el total del paseo —contando otras cositas extras que compró— terminó en 12 500 pesos cubanos. “Dime tú si darías 10 000 pesos por este hotel, que ni es de lujo, es de tres estrellas”, preguntó Yaneisy a sus seguidores.
Como era de esperarse, los comentarios no se hicieron esperar. Algunos criticaron el aspecto del lugar, incluyendo la piscina. Pero Yaneisy fue clara: “Es lo mejor que hay ahora mismo aquí en Las Tunas”. Otros internautas recalcaron que con 10 000 pesos se come fácil durante dos semanas. Y claro, desde el extranjero algunos dijeron que no les parecía caro… a lo que Yaneisy respondió sin rodeos: “Para un cubano de aquí no es nada barato. Y no, no vivo en Estados Unidos”.
También hubo quien le echó porras, recordándole que lo importante era compartir en familia. Ella agradeció ese apoyo y dijo que justamente por eso lo hizo, por sus hijos.
Pero esta no es la primera vez que Yaneisy prende fuego en TikTok. Días antes publicó otro video mostrando lo que puede comprar un jubilado con 1 500 pesos cubanos: una bolsita de fideos y un pomo de aceite. “Si fuera por eso solo, la sopa vendría sola y clara”, comentó con sarcasmo. Y añadió una reflexión que caló hondo: “El cubano sí pasa hambre y necesidad, especialmente nuestros viejitos. Si puedes ayudar a uno, hazlo”.
Su testimonio se suma al de muchos cubanos que han contado lo que viven al intentar disfrutar un hotel en su propio país. Desde berenjenas que parecen carne en Varadero, hasta habitaciones con toallas sucias y minibares vacíos, pasando por un joven que describió el Memories Miramar en La Habana como “un hotel fantasma”, vacío en pleno Día del Amor.
Y mientras el pueblo suda la gota gorda para pagar un día de descanso, las estadísticas dicen que el turismo está en picada: más de 300 mil visitantes menos en cinco meses y ocupación hotelera por debajo del 25 %. Aun así, el gobierno sigue levantando hoteles nuevos como si todo marchara viento en popa.
El caso de Yaneisy abre un debate más amplio: ¿es realmente posible para una familia cubana promedio acceder al turismo interno sin quedar en la ruina? Tú dime… ¿darías 12 500 pesos por ese “lujito”?