Una noticia desgarradora ha estremecido a toda Cuba. Una joven madre fue arrestada en Matanzas como presunta responsable de la muerte de su pequeño hijo, un niño de apenas dos años y cuatro meses, identificado como Roberto Carlos. El caso, denunciado por vecinos y familiares, revela un panorama de maltrato brutal y prolongado que terminó en tragedia.
La pesadilla del pequeño Roberto Carlos
El rostro de este horror tiene nombre: Amarilis, una joven de apenas 18 años, madre del niño. Las redes sociales explotaron con denuncias, testimonios y mensajes de dolor que dan cuenta del infierno que vivió ese menor. Según varias publicaciones compartidas por periodistas independientes y conocidos de la familia, el niño murió a causa de una golpiza, supuestamente a manos de su madre.
El silencio de algunos y la complicidad de otros también ha sido blanco del repudio general. El padrastro del menor ha sido señalado por muchos como cómplice. Ya sea por haber participado activamente en los abusos o por haber guardado un silencio imperdonable, los usuarios en redes exigen que también enfrente la justicia.
“Que paguen todos los culpables”, exige el pueblo
La indignación no ha parado de crecer. Mensajes desgarradores inundan Facebook: “Vuela alto, angelito”, “La justicia divina no falla”, y frases que claman por penas ejemplares, incluyendo incluso la pena de muerte para los involucrados. El dolor se siente en cada publicación. Este no es solo un caso de maltrato, es el reflejo de un sistema que no protege ni lo más sagrado: la infancia.
El padre del niño, sin poder regresar a Cuba
En medio de esta tragedia, se ha confirmado que el padre biológico del niño se encuentra en Uruguay, y no en México como algunos afirmaban al principio. Según sus allegados, está totalmente devastado. Aseguran que, a pesar de la distancia, nunca dejó de velar por su hijo y siempre procuró que al niño no le faltara nada. Su ausencia se debe a la imposibilidad de regresar a la isla, ni siquiera por vías humanitarias como la Cruz Roja.
Silencio oficial, voces que gritan en redes
Hasta ahora, el régimen no ha ofrecido una declaración oficial. Ningún comunicado, ninguna investigación pública. Solo silencio, el mismo que ha sido cómplice de tantas tragedias en la isla. El caso ha corrido como pólvora en redes sociales, y todo parece indicar que la presión popular será lo único capaz de forzar una respuesta institucional.
Las maestras del círculo infantil lloran su pérdida
El niño asistía a un círculo infantil donde, según testimonios de sus educadoras y vecinas del barrio Naranjal Norte, recibía cariño y atenciones, y era un niño alegre y muy querido. Las mismas cuidadoras ya habían expresado preocupación por el estado del niño y, al parecer, habían alertado a la madre en más de una ocasión, sin que las autoridades hicieran nada al respecto.
Un país que calla ante el dolor infantil
Esta tragedia no es un hecho aislado. Es la consecuencia directa del abandono institucional y la desidia que impera en Cuba. Un sistema que no protege a sus ciudadanos más vulnerables, que no escucha las señales de alerta, y que guarda silencio cuando la justicia debería gritar.
Mientras los cubanos lloran la muerte del pequeño Roberto Carlos, el régimen continúa sumido en su letargo burocrático, sin ofrecer una sola palabra de consuelo, sin mover un dedo por los que más lo necesitan.
