En Cuba, no hace falta hablar mucho para que la realidad grite por sí sola. Así lo demostró un joven cubano que se ha vuelto viral tras mostrar en TikTok, sin adornos ni rodeos, la vivienda deteriorada donde vive junto a su madre. Un video sencillo, grabado con el corazón en la mano, que dejó sin palabras a miles de usuarios.
“Miren mi casa… esta es mi cama, y aquí duerme mi mamá”, dice el muchacho mientras recorre un cuartico con dos camas, paredes despintadas y muebles armados como se puede, como se vive en la Cuba real: a remiendos, con lo justo, y muchas veces sin nada.
La cámara sigue su camino hacia la cocina, si es que se le puede llamar así. Una hornilla de gas, ollas tiznadas, paredes de tabla, cemento cuarteado, y todo el ingenio criollo que hace falta para cocinar en medio del caos. “Esta es la cocinita de mi mamá, el patio también… aquí se hace de todo un poco”, comenta, mezclando resignación con esa mezcla de ternura y vergüenza que da enseñar lo que uno no eligió.
Pero lo más crudo llega al final: el baño. Una taza rota sobre un piso desnivelado, sin privacidad ni condiciones mínimas. “Ahí es donde ella hace caca”, dice el joven, con una naturalidad que parte el alma. Porque así viven miles en la isla, convirtiendo lo indigno en rutina, y la escasez en paisaje.
El video fue subido por el usuario @elcubanitosinfiltro, y no pudo tener mejor nombre. Porque esto es Cuba sin filtro, sin propaganda, sin carteles de “patria o muerte” cubriendo los escombros. Solo la verdad, dicha con una cámara de celular y el valor de mostrar lo que el régimen intenta ocultar.
Las reacciones no se hicieron esperar. Mensajes de apoyo, indignación y solidaridad inundaron los comentarios. Porque esta historia no es un caso aislado, es el pan nuestro de cada día para millones de cubanos, abandonados por un sistema que hace décadas dejó de cuidar a su gente.
La crisis habitacional en Cuba no se arregla con discursos ni promesas huecas. El país se cae a pedazos, y con él, las familias que aún resisten. Lo que este joven mostró en redes es apenas un botón de muestra de una nación rota, donde lo más básico se ha vuelto un lujo y la dignidad se pelea cuarto a cuarto, baldosa a baldosa.