Estaba dormida, tranquila, ajena a lo que estaba a punto de pasar. Pero al abrir los ojos… ahí estaba él: su papá, de regreso en Cuba después de cuatro años.
Así comienza uno de esos videos que te hacen un nudo en la garganta. Fue publicado por el usuario cubano @robertoestebanagueroferr en TikTok, y en cuestión de horas ya había tocado miles de corazones en todo el mundo.
En el clip, se ve a la niña durmiendo en una habitación sencilla, como tantas en Cuba, con su mosquitero azul colgando y una luz tenue que no impide captar la emoción cruda del momento. Al abrir los ojos, ella parpadea un par de veces, como quien no termina de creérselo. Pero al reconocerlo, no duda ni un segundo: se lanza a sus brazos con una mezcla de alegría, alivio y pura necesidad de abrazar.
Cuatro años. Ese fue el tiempo que Roberto estuvo lejos de su hija. En su publicación escribió: «Cuatro largos años sin ver a mi familia, y sobre todo a mi hija. Un día mágico, sin duda.» Y acompañó el mensaje con una frase que lo resume todo: “Te amo, mi princesa.”
Pero, ojo, esto no es solo una historia de ternura. Es también una historia de dolor, de distancia impuesta, de un país que sigue obligando a sus hijos a huir para poder sobrevivir. Porque sí, este tipo de reencuentros tan bonitos no serían necesarios si las familias cubanas pudieran vivir unidas, sin necesidad de cruzar fronteras, separarse por años ni pagar con lágrimas el precio del exilio.
Los comentarios en el video son un espejo de ese dolor compartido:
“Solo quien ha tenido que vivir lejos de sus hijos sabe lo que duele. Gracias a Dios, ya estoy con el mío.”
“Ese abrazo parte el alma. Cuba duele, y cómo duele.”
“Aquí estoy, llorando por gente que ni conozco, pero qué felicidad tan grande por ellos.”
Cada reacción es un testimonio más de lo que se vive cuando te toca criar desde la distancia, amar con pantallas de por medio y esperar con fe el momento de volver a abrazar.
Este video no es solo viral. Es un grito silencioso, una denuncia hecha emoción, un ejemplo más de lo que el pueblo cubano ha tenido que soportar durante décadas: familias rotas por culpa de un sistema que asfixia y divide.
Que nadie se confunda: esto no es una historia feliz, es una historia bonita dentro de una realidad muy triste. Y mientras en Cuba las condiciones sigan empujando a la gente a irse, mientras reencontrarse con un hijo tenga que esperar años… seguiremos viendo videos como este. Y seguiremos llorando por ellos.