Si alguien sabe cómo llamar la atención sin pedir permiso, ese es Eduardo Antonio. El artista cubano, conocido como El Divo de Placetas, volvió a demostrar que el estilo y el espectáculo son su sello personal, esta vez durante la Doral Fashion Week 2025, donde apareció vestido de pies a cabeza en rosa y se robó todas las miradas.
El hombre llegó como una estrella de Hollywood perdida en el trópico, enfundado en una capa rosa pastel con plumas, un conjunto de seda fucsia, gafas a tono, bolso plateado y unos botines fussia que parecían recién sacados de una pasarela en París. Todo esto cortesía del diseñador venezolano Idol José, quien además es el organizador de este evento que ya se ha ganado un lugar entre los fashionistas de Miami.
“Siempre Divo, nunca indivo”, soltó Eduardo entre poses y risas, fiel a su personalidad arrolladora que tantos aplausos ha cosechado dentro y fuera del escenario.
Durante el evento, el artista no solo desfiló como una estrella, sino que también compartió momentos con rostros conocidos del entretenimiento. Entre ellos, Marianela Ancheta, quien protagoniza la portada de la revista Doral Fashion Week Magazine, y le agradeció personalmente al Divo por su presencia. También se le vio rodeado de influencers, artistas, y fanáticos que hicieron fila para una foto con él.
Pero la pasarela no es lo único que tiene en agenda: Eduardo Antonio está a punto de celebrar medio siglo de carrera artística, y lo hará como mejor sabe: con un conciertazo en Miami. El próximo 9 de agosto, el escenario del Flamingo Theater Bar se vestirá de gala para una noche llena de música, emociones y, por supuesto, mucho brillo.
Mientras el régimen en Cuba sigue hundido en el gris de la censura y la mediocridad cultural, artistas como Eduardo Antonio prefieren apostar por el color, la libertad y la autenticidad. En una isla donde ser uno mismo muchas veces cuesta demasiado caro, figuras como El Divo brillan más fuerte fuera del sistema, demostrando que el arte cubano no necesita permiso para existir.
Porque cuando en Cuba se reprime, en el exilio se celebra. Y Eduardo Antonio lo sabe muy bien.