En el corazón del municipio Cerro, en La Habana, la policía del régimen montó otro de sus espectáculos represivos, esta vez bajo el pretexto del combate al narcotráfico. Ocho personas terminaron arrestadas tras un operativo en una vivienda que, según las autoridades, servía como punto de cultivo, procesamiento y consumo de marihuana.
Todo comenzó con la típica “alerta ciudadana” —ese recurso tan conveniente para justificar redadas sin orden judicial—, según publicó el perfil oficialista El Cubano Fiel en Facebook. La policía se apareció en la casa señalada y encontró varias matas de cannabis sembradas en macetas, junto con picadura lista para fumar. También hallaron instrumentos para consumir y procesar la yerba, lo que fue suficiente para armar el guion de otro “éxito” de la Seguridad del Estado.
Un operativo sin nombres, pero con mucho show
A pesar del aparatoso despliegue, ni se revelaron los nombres de los detenidos ni los supuestos cargos que enfrentarán. Pero eso no detuvo a los medios oficialistas, que no perdieron tiempo en difundir las fotos de varios arrestados, como si de criminales de alto calibre se tratara.
Lo curioso es que este caso llega justo cuando el régimen anda desesperado por mostrar “resultados” en su fallida cruzada contra el narcotráfico. Todo indica que más que un operativo serio, estamos ante una maniobra propagandística para distraer al pueblo del verdadero problema: la miseria, el hambre y la falta de futuro que se respira en cada rincón de la Isla.
Marihuana en auge y el Estado con los ojos bien abiertos… o al menos eso dicen
En paralelo a este caso en La Habana, se siguen reportando otros hallazgos similares en el oriente del país. Hace apenas días, agentes del régimen detectaron una plantación ilegal en el municipio Tercer Frente, en Santiago de Cuba, gracias —según ellos— a que unos vecinos confundieron la marihuana con yuca.
Allí encontraron más de 400 plantas, algunas de casi dos metros de altura. Por supuesto, arrestaron a los supuestos responsables, aunque, como siempre, sin dar muchos detalles. Este caso se suma a los más de 3,000 ejemplares de cannabis incautados en mayo en la misma zona de La Tabla, y a otro donde pillaron a un joven contando semillas como si estuviera revisando granos de frijol.
En Salvador Rosales, Songo-La Maya, la historia se repitió: miles de plantas y semillas, un arrestado, y el mismo guion de juicios ejemplarizantes para meter miedo. Incluso en junio, dos operativos más en Santiago dejaron al descubierto la supuesta magnitud del fenómeno: un hombre en Micro 9 cuidaba sus plantas como si fueran bonsáis, mientras que en Sigua, a “Pepe” le confiscaron más de 19 mil semillas y 950 plantas en pleno crecimiento.
Justicia a la cubana: más teatro que ley
Los castigos, como era de esperarse, no se han hecho esperar. En Ciego de Ávila, un hombre recibió 20 años de prisión por cultivar marihuana. Otro fue sancionado con tres años de cárcel solo por no denunciar lo que sabía. De paso, les quitaron los pocos derechos que les quedaban: prohibición de salir del país y confiscación de todos sus bienes relacionados.
Este tipo de sentencias forma parte del famoso “tercer ejercicio nacional” del régimen contra las ilegalidades, una campaña que más que combatir el crimen, sirve como herramienta de intimidación y control social. Porque si algo sabe hacer bien el castrismo, es usar la justicia como látigo.
El verdadero crimen: un sistema que ahoga a su pueblo
Mientras el gobierno intenta hacernos creer que está librando una guerra contra el narcotráfico, la realidad es que lo único que florece en Cuba no son las plantas de marihuana, sino la desesperanza, el abandono institucional y el hartazgo popular.
Y es que en un país donde el salario no alcanza ni para comprar arroz, donde los hospitales están colapsados y los jóvenes solo sueñan con largarse, ¿quién puede sorprenderse de que algunos prefieran cultivar hierba que morirse de hambre?
En lugar de sembrar miedo, el régimen debería preguntarse qué está sembrando en la conciencia de los cubanos, porque la cosecha, tarde o temprano, va a ser revolución.