La actriz cubano-española Ana de Armas ya no está con Manuel Anido Cuesta, el hijastro del presidente designado Miguel Díaz-Canel. El breve romance, que muchos vieron con escepticismo, ya es historia, y Ana lo ha confirmado con una sonrisa tranquila y sin dramas.
La última vez que se les vio juntos fue en diciembre de 2024, en Madrid, pero fue en mayo de este año cuando se supo oficialmente que la relación se había enfriado por completo. Desde entonces, la estrella de Ballerina ha preferido concentrarse en lo suyo: el cine, y alejarse del ruido político que rodea al entorno familiar de su ex.
De Armas está en modo trabajo total, y no es para menos. Está a punto de comenzar el rodaje de Deeper, un thriller sobrenatural que promete dar de qué hablar, donde compartirá escena con el mismísimo Tom Cruise. Aunque algunos medios han querido empatarla con el astro de Misión Imposible, allegados a la actriz han asegurado que entre ellos no hay nada más allá de una gran complicidad profesional. Ana lo considera “un mentor de lujo”, y su admiración por él es evidente, sobre todo tras el apoyo que Cruise le brindó públicamente por su papel protagónico en Ballerina.
La química entre ambos ha dado lugar a rumores, sobre todo porque han sido vistos compartiendo momentos en Menorca, en fiestas privadas como la de cumpleaños de David Beckham, y en algunos eventos del medio. Pero según quienes la conocen bien, Ana está soltera, sin apuros y más enfocada que nunca en hacer crecer su carrera.
En cuanto a Ballerina, la cinta que la conecta con el universo de John Wick, no tuvo el arranque explosivo que muchos esperaban. En su primer fin de semana (6 al 8 de junio), la taquilla norteamericana reportó unos $24,5 millones, cifra aceptable pero no espectacular. El segundo fin de semana, sin embargo, la película se desplomó un 60%, recaudando apenas $9,7 millones. Para ese momento, el acumulado total en Estados Unidos y Canadá era de $44,4 millones.
A nivel global, la película ha alcanzado los $94 millones, cifra que supera los costos de producción, pero todavía deja dudas sobre si el proyecto logrará ser rentable. Gran parte del dinero vino de Norteamérica, aunque también recibió ingresos moderados en regiones como Europa, América Latina y Asia. Aun así, con el tiempo, Ballerina ha ido ganando tracción en algunos mercados internacionales, algo que da un poco de oxígeno al equipo detrás del filme.
Mientras tanto, las redes sociales no han dejado de comentar el fin de la relación de Ana con el hijastro del mandatario cubano, una conexión que muchos consideraron incómoda, sobre todo por lo que representa Díaz-Canel dentro del desastre económico y social que vive Cuba. Algunos internautas criticaron que Ana se vinculara sentimentalmente con una figura asociada a la élite del poder en la Isla, mientras millones de cubanos sobreviven entre apagones, hambre y desesperanza.
Pero parece que esa página ya está bien doblada y guardada. Ana de Armas ha decidido pasar del drama político al cine de acción y suspenso, dejando claro que su prioridad es brillar en la gran pantalla y no dejarse arrastrar por vínculos que puedan empañar su imagen.
Así, la talentosa actriz cubana demuestra que no hay régimen ni apellido que le robe el foco. Al contrario, se mantiene firme, enfocada y lista para nuevos retos, mientras Cuba sigue siendo escenario de contrastes absurdos y dolorosos, donde los de arriba gozan privilegios y los de abajo siguen esperando un cambio que no llega.