Un joven cubano fue arrestado en el Aeropuerto Internacional José Martí tras descubrirse más de un kilo de cocaína oculto dentro de una figura religiosa de Eleguá, orisha muy respetado dentro del sincretismo afrocubano. El hallazgo fue mostrado con bombo y platillo en el programa oficialista ¡Alto! Frontera, una suerte de reality policial que el régimen usa para dar la ilusión de que “todo está bajo control”… aunque la realidad sea otra.
De Surinam a La Habana: la ruta que nadie vigilaba
El episodio fue grabado en la principal terminal aérea del país, y empezó como cualquier jornada de rutina. Pero pronto las cámaras se centraron en un pasajero que acababa de aterrizar en un vuelo directo desde Surinam, una ruta que, según los mismos oficiales, no suele levantar muchas banderas rojas. Pero esta vez, se encendieron todas las alarmas.
Durante el escaneo del equipaje, los rayos X revelaron un bulto sospechoso: una escultura artesanal, cuidadosamente envuelta, que resultó ser una imagen de Eleguá, la deidad de los caminos y las decisiones. Ahí mismo, la sorpresa dio paso a la desconfianza.
Una historia mal contada y un taladro que reveló la verdad
El joven detenido intentó zafarse con una historia bien floja. Dijo que la figura se la había dado una amiga para entregársela al hermano de ella en La Habana, y que, de hecho, ni siquiera sabía que la llevaba en la maleta. Aseguró que se había negado en un principio, pero que, sin que él lo supiera, se la “colaron” entre sus cosas.
Pero esa versión, como tantas otras que se oyen en estos casos, no convenció ni a los oficiales ni al sentido común. Una de las funcionarias le lanzó una pregunta que lo dejó sin palabras: “Si el hermano está aquí, ¿cómo es que ella tiene el Eleguá allá?”
Con la sospecha por las nubes, decidieron perforar la figura. Y lo que salió de adentro no fue fe, ni santos: fue cocaína en polvo. Una muestra fue analizada por el equipo antidrogas, y el test arrojó positivo a clorhidrato de cocaína. Más de un kilo estaba escondido dentro de la imagen religiosa.
Religión, narcotráfico y oportunismo político
Un oficial comentó que no es común encontrar este tipo de modalidad, donde la droga se oculta dentro de figuras religiosas. “No es lo típico de los dobles fondos o mochilas forradas. Aquí vemos otra forma de creatividad criminal”, declaró.
Otro agente agregó sin tapujos: “Ellos piensan que por respeto no vamos a tocar figuras religiosas. Pero la seguridad nacional está primero. Aquí tenemos herramientas para detectar lo que sea.”
El joven quedó detenido de inmediato y podría enfrentar hasta 15 años tras las rejas, según el código penal cubano. Y aunque el caso es grave, no deja de ser llamativo el circo mediático que monta el régimen con cada detención, como si eso fuera prueba de que están ganando la guerra contra las drogas.
Lo que no dicen: la verdadera podredumbre está dentro del sistema
Mientras se exhibe este caso como un “éxito” en la lucha antidrogas, se esconde que el verdadero crimen organizado en Cuba está dentro del propio aparato estatal. Las mismas aduanas que presumen de eficiencia, a menudo hacen la vista gorda con envíos de altos cargos o familiares de los mandamases del Partido.
Además, la creciente desesperación económica, la falta de oportunidades y el abandono social impulsan a muchos jóvenes cubanos a lanzarse en cualquier aventura, por peligrosa que sea, con tal de salir del hueco donde los tiene metidos el castrismo.
Usar a Eleguá como escondite es una aberración, sí. Pero más aberrante aún es un sistema que empuja a su juventud hacia el delito por falta de futuro.