Una vez más, la violencia desmedida y la negligencia institucional sacuden a Cuba. Esta vez, la víctima fue Osmel Lasoncet Díaz, un joven de apenas 16 años, que perdió la vida de forma brutal en Morón, Ciego de Ávila, durante la madrugada del domingo. Su historia no solo es desgarradora por la manera en que murió, sino por lo que revela del abandono absoluto del sistema de salud y de la impunidad que arropa a los allegados del poder en la isla.
Según la denuncia publicada por el usuario conocido como La Tijera en redes sociales, el presunto asesino responde al nombre de Alberney Machado, quien, sin miramiento alguno, habría usado una bayoneta militar para apuñalar al muchacho, perforándole el pulmón. Durante el ataque, su hermano, Alberlany Machado, lo acompañaba y alumbraba a la víctima, facilitando el crimen.
Pero lo más aterrador de este caso es que Osmel no murió de inmediato. Luchó por su vida durante horas en el hospital Roberto Rodríguez, sin que un cirujano estuviera disponible para atenderlo. El adolescente murió desangrado en una camilla, porque el sistema de salud cubano, ese que tanto presume el régimen, no tuvo ni la decencia de garantizarle una operación de urgencia.
Los padres del menor, que hoy se encuentran como refugiados políticos en Estados Unidos, no descartan que se trate de un asesinato por encargo. La razón es tan clara como preocupante: los familiares del agresor tienen vínculos con la Seguridad del Estado y la Policía, lo que les da carta blanca para actuar con total impunidad. En una Cuba podrida de corrupción, donde el uniforme y el carnet del Partido pesan más que una vida humana, este tipo de crímenes ya no sorprenden a nadie.
“Fue un acto monstruoso, no hay consuelo ni justicia posible para unos padres que no pudieron siquiera abrazar a su niño por última vez”, dijo Amisaday Alfonso, una amiga cercana de la familia, todavía devastada por lo ocurrido. Y es que la rabia se multiplica cuando se conoce que eran dos adultos contra un niño, un acto cobarde y despiadado que ha encendido las redes sociales con mensajes de indignación y repudio.
Un usuario expresó lo que muchos sienten: “Dos hombres, dos zánganos contra un niño. Por Dios. No es justo. No merecen menos que cadena perpetua. Y sin palabras con el gobierno, los médicos, el hospital… Qué horror. Lo mataron dos veces”.