Parece mentira, pero todavía en pleno siglo XXI el régimen cubano sigue castigando a quienes se atreven a pensar por sí mismos. Este es el caso de Boni y Kelly, dos hermanos que conquistaron los corazones de millones con su música… hasta que decidieron tomar un camino que no le gustó al poder de la isla.
Desde sus inicios, Ebblis “El Boni” Valdivia ya tenía madera de estrella. Muchos lo recuerdan por su papel como Roly en la serie “Memorias de un abuelo”, donde interpretaba a un joven que se iba a la Sierra Maestra, idealista y lleno de sueños. Paradójicamente, años más tarde, él mismo sería censurado por ese mismo sistema que un día representó en pantalla.
David Calzado no tardó en notar su talento y lo fichó para la Charanga Habanera, donde nació ese apodo que lo acompañaría por siempre: “El Boni”, en el disco Soy cubano, soy popular. Y vaya que era popular, pero ser popular en Cuba tiene fecha de caducidad si no te alineas con los mandamases.
Por su parte, Kelly Valdivia se formó en danza folklórica y luego se lució como cantante en grupos como Klímax y El Clan, dándole tremenda energía a temazos como “Ese soy yo”. No era solo un bailarín, era un artista completo.
Entonces, como buenos hermanos y con más talento que miedo, decidieron unirse como Boni & Kelly, y en 2005 lanzaron su álbum Fanática, que rompió esquemas.
Todo iba bien… hasta que se les ocurrió aceptar una invitación para presentarse en Panamá, en el famoso Proyecto Alas, junto a figuras como Shakira, Juan Luis Guerra, Rubén Blades y Alejandro Sanz. Un evento benéfico, de esos que hacen historia. Una oportunidad dorada para poner el nombre de Cuba en alto. Pero el régimen dijo que no.
¿La razón? El capricho autoritario de siempre. Aunque tenían visa y todo en regla, necesitaban “permiso” de la empresa estatal cubana para salir. Llamaron, explicaron la importancia del evento y hasta apelaron al orgullo nacional, pero la respuesta fue tajante: “No”.
“Le dijimos, mire, vamos a representar a Cuba, no solo a nosotros. Es nuestra cultura la que estará ahí”, contó Kelly. Pero a los de arriba no les importó. Y ellos, con juventud y coraje, no se dejaron pisotear.
“Nosotros dijimos: ‘¿Sabes qué? Chao. No vamos a perder esta oportunidad’”, relató El Boni.
Así, se lanzaron a Panamá, compartieron escenario con gigantes de la música… y cuando intentaron volver a Cuba, el castigo fue inmediato y cruel: “No pueden entrar. No tienen permiso”.
¿Te imaginas eso? Ser cubano y que tu propio país te cierre las puertas por querer triunfar.
Tras años fuera, primero en Dominicana, luego en España, intentaron regresar. Hicieron conciertos en escuelas, se presentaron en televisión… pero ya el daño estaba hecho. Cuba no olvida cuando te sales del molde.
Finalmente, Kelly emigró a Estados Unidos y su hermano lo siguió poco después. Desde entonces han seguido trabajando duro, colaborando con artistas de renombre como Víctor Manuelle, y mante