La Diosa lo volvió a hacer: no solo llenó el Watsco Center de Miami por segunda vez, sino que convirtió la noche en una verdadera fiesta de libertad, música y orgullo familiar. Y si hubo un momento que puso la piel de gallina a más de uno, fue cuando su hija Reychel, junto a la pequeña Angie, se robó el show.
Las niñas, sin miedo ni pena, se pararon en ese escenario gigante y le metieron con todo a “Umbrella”, el temazo de Rihanna… ¡y en inglés! Con una seguridad que ya muchas artistas consagradas quisieran, demostraron que el talento viene de familia.
Pero nadie estaba más emocionada que su madre. La Diosa, con el corazón en la boca, no pudo contener las lágrimas al ver a su niña brillar bajo los reflectores. “Qué orgullosa estoy con este regalo de Dios. Bellas estuvieron las dos”, escribió en sus redes, agradeciendo también al equipo de maquillaje y vestuario que ayudó a que ese momento fuera mágico.
Y por si fuera poco, Reychel volvió al escenario, esta vez para tocar el piano como una verdadera profesional, acompañada de una violinista, con el tema “Un beso y una flor”, una de las canciones que su madre versionó en el álbum Joyas. Fue un momento íntimo y poderoso, que dejó claro que la nueva generación también viene con fuerza y arte en la sangre.
Todo esto, en una noche donde La Diosa no solo cantó, sino que sacó pecho y le calló la boca a todos los que dudaron de ella. Desde que arrancó el show, confesó los nervios por tanto esfuerzo en tan poco tiempo: “Estoy de los nervios hasta la punta… No tienen idea de lo que hemos corrido en un mes y medio para lograr que ustedes disfruten esta noche”.
Pero no fue solo música. En medio del espectáculo, La Diosa y El Funky lanzaron al público un grito que retumbó en el alma de todos los cubanos libres: “¡Patria y Vida!”, un mensaje directo y sin anestesia, una bofetada contra la censura y el miedo.
La noche tuvo invitados de lujo como Haydée Milanés, Osmani García y El Chulo, pero el verdadero protagonista fue ese espíritu de lucha, de orgullo, de no dejarse pisotear nunca más.
“Yo siempre lo logro todo”, dijo La Diosa. Y esta vez, no lo dijo sola: lo dijo con su hija a su lado, en un escenario que no pudieron apagar, porque la libertad no se censura, se celebra.
