¿Moverse dentro de Cuba? Cada vez más un lujo reservado para unos pocos. Así lo dejó claro una joven cubana que, desde su cuenta de TikTok, soltó la cruda realidad que muchos viven y pocos se atreven a decir: viajar dentro del país cuesta más que tres meses de trabajo.
La muchacha, que se identifica como Noelia Hernández Arias, soltó la pregunta como quien lanza una bomba:
“¿Tú sabes cuánto le cuesta a un cubano que solo gana 15 dólares al mes llegar a La Habana?”
Y la respuesta no es para nada bonita.
Según contó en su video, el pasaje por sí solo ya se lleva casi todo el salario mensual. Pero eso no es todo. Hay que contar con que uno tiene que comer algo, tomar agua, tal vez una meriendita en el camino. Todo suma. “Vas a estar gastando otro salario más, así de simple”, afirmó.
El total del viaje, sumando todo lo necesario para no desmayarse en el intento, fue de unos 60 dólares. Es decir, el equivalente a tres meses de salario promedio en Cuba.
Una cifra absurda para una isla donde el transporte no solo es caro, sino escaso, peligroso y, muchas veces, inhumano.
“Parece mentira que estos viajes, que uno hace por pura necesidad, cuesten tanto que un trabajador común no los pueda pagar”, expresó Noelia, visiblemente indignada.
Como era de esperarse, el video se volvió viral. Los comentarios no se hicieron esperar: cubanos de todas partes coincidieron en que moverse dentro del país sin ayuda del exterior es casi una misión imposible. Muchos aseguraron que, sin remesas o “inventos”, salir de la provincia es un sueño lejano.
Este testimonio no es un caso aislado, sino el reflejo de un país donde el régimen ha destrozado la economía a tal punto que lo básico —como moverse de un lugar a otro— se ha convertido en un lujo impagable.
Mientras el discurso oficial sigue hablando de “resistencia creativa”, el cubano de a pie tiene que escoger entre comer o moverse, entre pagar un pasaje o comprar un litro de aceite. Y todo eso, mientras los de arriba siguen bien montados y sin preocupaciones.
Cuba no es solo apagones y escasez, también es inmovilidad. Y cuando hasta eso está fuera del alcance de los trabajadores, lo que queda es resignación o exilio.