La polémica volvió a tocarle la puerta a La Diosa tras su presentación en el Watsco Center de Miami, un evento que, lejos de pasar desapercibido, encendió las redes con comentarios de todo tipo. A pesar del esfuerzo tremendo que puso en escena, los videos de butacas vacías comenzaron a rodar como pólvora, desatando una lluvia de burlas, críticas y algunas voces solidarias que intentaron calmar la tempestad.
El influencer Un Martí To Durako fue uno de los primeros en prender la chispa. Publicó un video donde se veía claramente que algunas secciones del recinto estaban peladas, y con eso bastó para que se soltara la lengua afilada del cubaneo digital.
Muchos aprovecharon para lanzarle con todo. “¿Y eso no era lo que estaba lleno hasta el tope?”, se preguntaban con ironía. Otros, sin filtros, soltaban cosas como: “Con tantos artistas buenos, ¿a quién se le ocurre poner a esta mujer ahí?”. Las comparaciones no faltaron: que si mejor en un cabaret, que si aquello parecía un karaoke de barrio, que si debió buscar un sitio más chico y evitar la pena ajena.
Algunos fueron más personales y no perdonaron su historial. La tildaron de prepotente, malagradecida y oportunista, alegando que ahora simplemente está recogiendo lo que sembró. “El Internet no olvida”, le recordaron varios usuarios, con la lengua bien suelta y sin compasión.
Tampoco faltaron las burlas con tono cruel. Gente diciendo que el público era “de la tercera edad”, que parecían “los veteranos de la Sierra Maestra reunidos”, que su voz no canta, sino ladra, o que parecía una vecina haciendo karaoke en vez de una artista en un estadio.
Sin embargo, en medio del vendaval, algunas voces se levantaron en defensa de la cantante. Desde quienes la aplaudieron por el montaje, hasta quienes destacaron su capacidad para “brillar aunque la quieran apagar”. En YouTube, varios aseguraron que lo que se vio fue un espectáculo digno de cualquier escenario internacional, con buena organización y calidad escénica. “Diosa es una guerrera, y esto fue un show grande, aunque no se haya llenado”, comentó una seguidora leal.
También hubo quien aprovechó para señalar el veneno que corre entre los mismos cubanos. “Al final es cubano contra cubano. ¿Eso es lo que queremos enseñar a losL que vienen detrás?”, se preguntaban algunos. La falta de unidad, el ego, la envidia… todo eso salió a flote como si el concierto hubiera sido más una vitrina social que un evento musical.
Más allá del debate, lo cierto es que este concierto marcó un punto clave en la carrera de La Diosa. Estrenó su nuevo álbum, “Joyas”, un proyecto que deja atrás aquella etapa de letras vulgares y le da un giro más limpio y refinado a su música. Un intento de reinvención que, aunque no llenó asientos, podría estar sembrando nuevas semillas para otra etapa artística.
Y mientras unos celebran y otros destrozan, lo que queda claro es que ser figura pública en el exilio cubano no es para blanditos. Aquí todo el mundo opina, juzga y se suma al coro… sea para cantar o para gritar.
