Después de romperla en el Watsco Center de Miami, La Diosa se dio el lujo de desconectarse del mundo… completamente desnuda y sin complejos. La cantante cubana, conocida por no tener pelos en la lengua ni miedo a mostrarse tal y como es, compartió una imagen desde una bañera de hidromasaje, disfrutando de un momento de paz total tras el ajetreo de su concierto.
En la historia que subió a Instagram, aparece sumergida hasta el pecho, con los tatuajes a flor de piel, el cuerpo relajado y una sola palabra acompañando la imagen: “Viviendo”. No hacía falta más. El mensaje lo decía todo.
Esa foto no era solo un baño con burbujas, era un baño de triunfo, de empoderamiento y libertad. Porque para quienes conocen a La Diosa —una artista que ha luchado contra censura, machismo, precariedad y un sistema que le dio la espalda—, este descanso es más que merecido. Es simbólico.
Después de un mes y medio de trabajo duro, ensayos, sudor, esfuerzo y corazón, logró llenar el recinto con cientos de seguidores que corearon sus canciones y la aplaudieron de pie. Miami volvió a demostrarle que el exilio no solo es refugio, también es escenario para los que tienen talento y agallas.
“Estoy viviendo” no fue solo una frase bonita para acompañar una foto sexy. Fue un grito silencioso, pero poderoso, que dice: “Aquí estoy, libre, sin miedo, sin cadenas, disfrutando lo que tanto me ha costado”.
Y mientras ella se zambulle en su jacuzzi como quien celebra la victoria, al otro lado del mar, en esa Cuba donde los artistas libres son perseguidos y silenciados, miles sueñan con tener la oportunidad de vivir así: con dignidad, sin censura, y con el derecho a celebrar su propio éxito sin tener que rendirle cuentas a ningún comisario cultural.