La cosa se puso caliente este 24 de julio en el mercado informal cubano. El dólar estadounidense, que llevaba meses subiendo a pasitos tímidos, amaneció hoy con tremendo brinco y se disparó hasta los 390 pesos cubanos (CUP). Apenas hace unos días —el 18 de julio— se negociaba a 387, y ahora sube tres peldaños de golpe, dejando claro que el peso cubano sigue en caída libre.
Este repunte, confirmado por el medio independiente elTOQUE, no sorprendió a quienes siguen de cerca la cotización diaria: la mediana de compraventa ya venía avisando que el dólar estaba a punto de estallar otra vez. Y no falló.
El euro también sigue subiendo, aunque con más discreción. Hoy se cotiza en 436 CUP, un peso más que ayer, pero suficiente para marcar un nuevo récord en el mercado negro. Mientras tanto, la famosa MLC —esa moneda virtual que impone el régimen para sus tiendas en dólares camuflados— continúa desplomándose: de golpe bajó cinco pesos y ya se encuentra en 220 CUP, reflejo claro de la desconfianza de la gente hacia todo lo que venga con sello oficial.
Aunque en los últimos días se había notado cierta “calma chicha” en las tasas informales, los números de hoy rompen la tregua. La supuesta estabilidad que vendía el gobierno se desarma al ritmo de un billete verde que sigue siendo el rey en una economía totalmente dolarizada por la realidad, aunque el régimen lo niegue con los dientes apretados.
Para ponerlo claro, hoy en la calle un billete de 100 dólares vale nada menos que 39,000 pesos cubanos. Y uno de 100 euros alcanza los 43,600 CUP. Ya esos números no solo impresionan, asustan, sobre todo cuando el salario medio del cubano no llega ni a asomarse a esas cifras.
Todo esto ocurre mientras el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, sigue vendiendo promesas vacías desde la Asamblea Nacional. Hace apenas unos días anunció que “en el segundo semestre de 2025” llegará un nuevo mecanismo para gestionar y repartir las divisas. Un supuesto “plan” para corregir distorsiones que, en la práctica, solo beneficia al Estado y deja fuera al cubano de a pie.
Marrero habla de transformar el mercado cambiario oficial, consolidar esquemas de financiamiento y hacer una mejor distribución de las divisas que generan las empresas estatales. Pero la calle no le cree. Porque mientras más planes anuncian, más sube el dólar y más se hunde la economía del pueblo.
Lo cierto es que el mercado informal sigue marcando la pauta real, mientras el Banco Central apenas pinta algo en esta película. Son las remesas las que están salvando a millones de familias, y eso el gobierno lo sabe muy bien… pero calla. Porque reconocerlo sería aceptar el fracaso total del modelo económico que tanto defienden.
Expertos llevan rato advirtiendo que, sin acceso real a divisas, la población queda atrapada en una economía paralela, excluyente y cada vez más salvaje. Y lo estamos viendo: la brecha entre quienes reciben dólares o euros desde el exterior y quienes dependen de un sueldo estatal en CUP es ya un abismo insalvable.