En Santiago de Cuba, donde el pan normado se ha vuelto casi un lujo, las autoridades ahora salen con que “la cosa se estabiliza”. ¿El motivo? Llegó un barco cargado de harina de trigo que, según ellos, garantiza la producción del tan esperado pan para los próximos 40 días. Sí, cuarenta. Como si la solución al hambre viniera por entregas, como una novela por capítulos.
El director provincial de la Empresa Alimentaria, Jorge Luis Arce Ferrer, salió en una conferencia de prensa a echar el cuento. Dijo que la escasez de materia prima los había obligado a hacer malabares logísticos, incluso trayendo trigo desde La Habana, lo cual, como era de esperarse, generó retrasos y dejó a medio mundo sin su pan de cada día.
Una calma pasajera en medio del caos
Según Arce Ferrer, este embarque les da un respiro. “Tenemos harina para unos 40 días, lo que va a permitir cierta estabilidad en la entrega del pan normado”, aseguró. Claro, como si la gente viviera con calendario en mano y paciencia infinita, esperando a ver cuándo cae la próxima rebanada.
El funcionario mencionó que Santiago cuenta con 42 panaderías entre ALIMSAN y la Empresa Cubana del Pan, y que algunas —en lugares como Plaza de Marte, Ferreiro y La Alameda— venderán también pan liberado. O sea, el que hay que pagar bien caro, si es que aparece.
Dicen que esta modalidad se extenderá a una o dos panaderías por municipio. Pero, conociendo cómo funciona el sistema, lo más seguro es que el pueblo vuelva a quedar con las manos vacías y el estómago sonando.
Entre apagones, falta de agua y promesas recicladas
El mismo Arce Ferrer no tardó en echarle la culpa a los de siempre: los apagones, la falta de agua y los imprevistos. Dijo que es vital tener comunicación directa con cada panadería para saber si se está produciendo o si la cosa se trancó. En otras palabras, toca seguir adivinando todos los días si habrá pan o no.
Por supuesto, en lugar de buscar soluciones reales, el discurso oficial vuelve a pedir paciencia, comprensión y que la gente se mantenga “informada” por los medios estatales, esos mismos que se pasan la vida maquillando la crisis.
Santiago de Cuba sigue tragando seco
Esta provincia ha sido una de las más golpeadas por la escasez de lo más básico. El pan, que debería estar garantizado en un país mínimamente funcional, se ha convertido en otro producto fantasma, víctima de la debacle económica, los recortes en importaciones y la total incapacidad del régimen para garantizar lo esencial.
Así que sí, hay pan… pero solo por 40 días. Después, que Dios reparta suerte. Porque en la Cuba del “bloqueo interno”, hasta una libra de pan tiene fecha de vencimiento antes de llegar al mostrador.
