La típica historia de “solo iba a hacer una carrera tranquila” se convirtió en una escena digna de telenovela urbana, cuando una pasajera cubana y una conductora venezolana de Uber se enredaron en tremenda discusión en plena calle… y todo quedó grabado.
El video, que ya está circulando como pólvora en redes, fue captado por el dominicano y creador de contenido Gino Rodríguez (@eljoceo). Según él mismo contó, se vio obligado a intervenir porque el asunto se estaba saliendo de control. Y es que en Miami, donde conviven tantas culturas y temperamentos calientes, una simple carrera puede acabar en “¡bájate del carro!” y “¡llama a la policía!”.
Todo empezó en el parqueo de una peluquería, donde Gino escuchó los gritos. Desde el auto, la chofer venezolana exigía que la pasajera —una cubana bien plantá— se bajara del carro. Pero ella, firme, se negó. Según decía, ya había pagado el viaje y todavía no llegaban al destino acordado. Como era de esperar, la cosa fue subiendo de tono.
La cubana, visiblemente molesta, pidió que llamaran a la policía, mientras la conductora insistía una y otra vez en que se bajara del vehículo. Fue entonces cuando Gino se metió en el lío. Intentó calmar las aguas y, como buen samaritano caribeño, se ofreció a llevar a la cubana hasta su destino para evitar que el pleito terminara peor.
Ya más tranquila y fuera del carro, la pasajera contó su versión: todo comenzó por el volumen del radio. Ella pidió varias veces que lo bajaran porque le molestaba, pero la conductora se negó. La tensión fue en aumento hasta que la chofer detuvo el carro antes de llegar al lugar pactado y le pidió que se bajara. Para la cubana, eso fue una falta de respeto… y de profesionalismo.
El video ha generado opiniones divididas. Unos dicen que esto fue una escena montada solo para generar contenido (porque sí, el show también vende), mientras otros aseguran que estas broncas pasan todos los días en Miami, y que lo único raro fue que alguien lo grabó esta vez.
¿Quién tenía la razón? Pues depende de a quién le preguntes. Pero si algo dejó claro este momento viral es que, cuando mezclas Uber, calor, reguetón a todo volumen y orgullo latino, la receta puede terminar en candela digital.