¡Paren la música y agárrense de la guagua! Porque según el gobierno cubano, la Isla de la Juventud está a punto de convertirse en el nuevo Silicon Valley del Caribe. Sí, como lo lees. Se llama Cayo Digital, un megaproyecto ruso que promete transformar ese rincón cubano en un paraíso tecnológico con más de 15.000 personas trabajando y estudiando en laboratorios, oficinas, residencias de lujo, centros comerciales y hasta parques recreativos.
La noticia, que fue soltada con bombos y platillos por medios oficialistas como Cubadebate, pinta un panorama tan futurista que parece sacado de una película de ciencia ficción… pero con guion ruso. Según el plan, se instalarán más de 12.000 especialistas y 3.000 estudiantes para desarrollar software, fabricar equipos y exportar soluciones TIC al resto de América Latina.
¿El problema? Que en Cuba hoy no hay ni pan ni corriente, pero se está hablando de construir un mini imperio digital desde cero. El proyecto requiere carreteras, gas, electricidad, agua potable, alcantarillado, recogida de basura, escuelas, guarderías, universidades, centros culturales, tiendas y mucho más. En otras palabras: todo lo que no hay ni funciona en la Cuba actual.
Pero no todo es romanticismo tecnológico. Analistas advierten que detrás del “desarrollo” y las “alianzas estratégicas” puede haber un interés más turbio: Rusia estaría usando a Cuba como puente geopolítico y digital en América Latina. Vamos, que no es por amor al arte ni al ron cubano.
Alexander Volkov, capo de la empresa rusa GenIT que encabeza el proyecto, aseguró que hay una alta demanda en la región por tecnología rusa. Pero los expertos temen que esto sea el pretexto perfecto para colar herramientas de vigilancia, espionaje y control. Y no es teoría conspirativa: en 2024, Georgia denunció que una app de taxis rusa estaba mandando los datos de los usuarios directo a Moscú.
Y en Cuba, ya existen colaboraciones con firmas rusas como NtechLab, conocida por su tecnología de reconocimiento facial y su vínculo con DATYS, el sistema de inteligencia artificial cubano que muchos asocian con represión política.
Todo este cuento llega en medio de una de las peores crisis económicas de la historia cubana: apagones eternos, hospitales desbordados, salarios de miseria y una emigración que no se detiene. Pero mientras el cubano de a pie lucha por sobrevivir, desde arriba sueñan con clústeres tecnológicos, software soberano y una Cuba digitalizada a lo ruso.
Eso sí, dicen que los trabajadores serán en su mayoría cubanos. Según Cubadebate, en Cuba hay buenos profesionales en telecomunicaciones, y encima algunos hasta hablan ruso gracias a la Universidad Tecnológica de La Habana. Todo encaja, ¿no?
El proyecto ocuparía 450 hectáreas y todavía está en fase de diseño. Las primeras residencias podrían construirse entre 2026 y 2028, y los centros de investigación, si todo va “según el plan”, abrirían antes de 2030. Pero con el historial que todos conocemos, la gran pregunta es: ¿realmente veremos este “Silicon Valley tropical”? ¿O es otro espejismo más para entretener mientras el país se desmorona?