En medio de los apagones diarios, la creatividad de los cubanos vuelve a brillar como una vela en plena oscuridad. Esta vez, el protagonista es un joven de Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos, que decidió convertir la desesperación en solución. ¿El resultado? Fogones de carbón hechos con ollas arroceras viejas. Sí, las mismas de la Revolución Energética.
Cuando no hay luz, el ingenio prende
Kevin David Altuna Bravo no se quedó esperando a que la electricidad regresara ni se resignó a comer frío. Agarró un par de ollas rotas y unas latas vacías y, con eso, armó fogones de carbón para cocinar durante los interminables cortes de luz. Su invento es simple, pero efectivo. Y más que eso: es una ayuda real para muchos vecinos, sobre todo personas mayores que no pueden valerse por sí mismas.
Porque cuando la corriente se va (que en Cuba es casi todo el tiempo), el hambre no espera.
“Les garantizo que es una súper idea”
Kevin compartió su invento en el grupo de Facebook Revolico Cumanayagua & Cienfuegos Cuba, donde mostró con orgullo varios de sus fogones reciclados. Pero lo más lindo no fue el invento en sí, sino su gesto solidario. Él no los hace solo para él: también los construye para sus vecinos más necesitados. Con un poco de carbón, dice, se puede cocinar rápido y sin complicaciones.
La publicación se llenó de reacciones. Unos lo felicitaron, otros se lamentaron. Y es que, aunque la creatividad cubana es admirable, también duele ver hasta dónde hemos tenido que retroceder para sobrevivir.
Orgullo e impotencia: una mezcla bien cubana
“Después de 60 años de comunismo, seguimos inventando para no morirnos de hambre”, soltó una usuaria. Y otra remató con ironía: “Este país está de vuelta a la era de Cristóbal Colón”. Y aunque duela, tienen razón. Porque si bien es inspirador ver cómo la gente resuelve, también es triste que todavía haya que “resolver”.
Y no es solo Kevin. Por toda Cuba hay una revolución paralela hecha de inventos caseros. Desde cascos de lavadoras rusas convertidos en cocinas, hasta rejillas de refrigeradores recicladas como parrillas. El ingenio criollo no se detiene.
Cuando la basura es oro
En TikTok, una muchacha enseña cómo hace café con tubos de suero y una resistencia eléctrica. En Santiago, una familia construyó un baño ecológico que reutiliza el agua del lavamanos para regar. Y por si fuera poco, otra señora instaló una lavadora junto a un río con mangueras caseras para no depender del agua corriente. ¿Quieres más? Pues también hay ventiladores hechos con cartón y madera, colocados estratégicamente en las ventanas para canalizar el viento.
Porque en Cuba, cuando no hay nada, se inventa todo. Y donde otros ven chatarra, aquí se ve solución.
La olla arrocera que terminó salvando la comida
La historia de Kevin se ha vuelto símbolo de lo que realmente significa “Vamos por más”. No por más apagones, claro, sino por más solidaridad, más creatividad y más ganas de no rendirse. Su gesto no es solo un invento: es una respuesta directa al abandono, a la necesidad y al “sálvese quien pueda”.
Y aunque nos toque cocinar con humo como nuestros abuelos, una cosa está clara: en Cuba, mientras quede alguien con imaginación, el país sigue resistiendo.