El pasaporte cubano, ese librito azul que muchos guardan con la esperanza de escapar del agobio cotidiano, sigue siendo uno de los más limitados del mundo. Según el más reciente informe del Henley Passport Index, actualizado en julio de 2025, los cubanos pueden entrar sin visa previa a apenas 60 destinos. Una cifra que, más que abrir puertas, confirma el encierro diplomático y político al que nos tiene condenados el régimen.
Aunque la cifra pueda sonar alentadora a primera vista, la realidad es que muchos de esos países no ofrecen entrada completamente libre. Algunos exigen visado al llegar o un eVisa que obliga a trámites previos, por lo que, en la práctica, la “libertad” de movimiento está llena de obstáculos. Y como si fuera poco, esas condiciones pueden cambiar sin previo aviso. ¿La recomendación? Preguntar siempre antes de hacer maletas, porque lo que hoy es sí, mañana puede ser un portazo.
En el ranking mundial, Cuba ocupa un humillante puesto 76 entre 99 países evaluados, apenas superando a naciones como Haití, Corea del Norte o Libia. O sea, estamos en el sótano de la movilidad global, pagando el precio de décadas de aislamiento, conflictos diplomáticos y una política migratoria interna que espanta a medio planeta.
Mientras Singapur, Japón y Corea del Sur disfrutan de acceso casi total al mundo, los cubanos siguen topando con muros invisibles cada vez que intentan salir a buscar un futuro. La diferencia es abismal: el pasaporte singapurense abre puertas en 193 países sin visa, mientras el nuestro solo permite entrada directa a 60. Una brecha que no se explica solo con política exterior, sino también con la imagen de inestabilidad, pobreza y desesperación que el castrismo ha proyectado durante décadas.
Incluso en América Latina, el panorama es deprimente. Cuba solo supera a Haití en la región, lo cual dice bastante de nuestra situación. Mientras otros países han construido puentes y firmado acuerdos de reciprocidad, La Habana sigue aislada, sin alianzas sólidas ni confianza internacional.
La verdad es que el pasaporte cubano no es un instrumento de libertad, sino un recordatorio de cuán cercados estamos. Cada sello que falta, cada país que nos exige más que a otros, es una señal de desconfianza hacia un sistema que ha convertido a su pueblo en paria global. Y mientras el régimen siga priorizando el control interno sobre la apertura y el respeto internacional, los cubanos seguirán atrapados entre fronteras, visas y sueños rotos.
A continuación, los destinos a los que los cubanos pueden ingresar sin necesidad de visa:
- Antigua y Barbuda
- Barbados
- Bielorrusia
- Bolivia
- Bosnia y Herzegovina
- Botsuana
- Dominica
- Egipto
- Gambia
- Granada
- Guinea
- Guyana
- Indonesia
- Kazajistán
- Kirguistán
- Laos
- Macedonia del Norte
- Malasia
- Maldivas
- Mauricio
- Micronesia
- Mongolia
- Montenegro
- Namibia
- Nicaragua
- Niue
- Palestina
- Rusia
- Samoa
- San Vicente y las Granadinas
- Santa Lucía
- Serbia
- Singapur
- Sri Lanka
- San Cristóbal y Nieves
- San Vicente y las Granadinas
- Tayikistán
- Timor Oriental (Timor-Leste)
- Trinidad y Tobago
- Túnez
- Uzbekistán
- Vanuatu
- Venezuela
- Zambia
- Zimbabue
- Catar
- Kenia
- Seychelles
- Tanzania
- Uganda
- Emiratos Árabes Unidos
- Irán
- Malaui
- Mozambique
- Ruanda
- Islas Cook
- Islas Fiyi
- Islas Salomón
- Haití
- Belice