La cosa está que arde con los arrestos de cubanos en EE. UU. y el caso de Lianet Peña Font ha levantado tremendo revuelo. Esta cubana, que ya tenía cuentas pendientes con la justicia, fue detenida por agentes de ICE en Nueva Orleans y ahora enfrenta su deportación luego de haber pasado dos años tras las rejas por narcotráfico.
Según la versión oficial del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la mujer fue calificada sin rodeos como “traficante de cocaína”. Y no es juego: la acusaron de conspirar para distribuir más de medio kilo del polvo blanco, y terminó pagando 24 meses en una cárcel federal. Ahora, con la libertad aún calentica, le han caído con todo para sacarla del país.
Pero eso no fue todo. En una de sus publicaciones en X (antes Twitter), ICE se burló sin pena del caso: «La sonrisa de Mona Lisa de la criminal cubana Lianet Peña Font no oculta del todo su condena. Probablemente tendría una sonrisa más grande si se hubiera autodeportado», soltaron con sarcasmo.
El medio especializado U.S. Law Enforcement también confirmó la detención y lanzó la frase del día: “Los narcotraficantes no tienen segundas oportunidades”. O sea, que a Lianet no le dan ni chance de rehacer su vida por aquí.
Todo comenzó el 27 de octubre de 2023, cuando fue parada por un sheriff en Brownsville, Texas. Andaba solita en una Ford Explorer SportTrac del 2007, pero el nerviosismo la delató. El oficial no perdió tiempo y llamó a un perro antinarcóticos. Resultado: positivo.
Al revisar el vehículo, encontraron una bolsita bastante comprometida en el asiento trasero. Dentro, cuatro paquetes llenos de una sustancia blanca que luego confirmaron era cocaína, con un peso total de 4 kilos. ¡Nada de favor inocente!
Durante el interrogatorio, Lianet reconoció que trabajaba para una organización de narcotráfico y que, supuestamente, ese viaje lo hacía como «un favor». Aunque confesó también que había pensado hacerlo por dinero en otras ocasiones.
Fue acusada formalmente en noviembre, y desde entonces quedó presa sin derecho a fianza. Ahora, tras cumplir su condena, ICE se la llevó otra vez para iniciar el proceso de expulsión. Según la agencia, representa un peligro para la seguridad pública y no es bienvenida en suelo estadounidense.
El aumento de arrestos de cubanos con antecedentes
El caso de Lianet no es único. En las últimas semanas, ICE ha intensificado los operativos contra inmigrantes cubanos con antecedentes criminales. En julio se reportaron detenciones de cubanos involucrados en delitos como abuso infantil, posesión de armas, prostitución y robo armado.
En Miami, por ejemplo, arrestaron a un hombre que tenía desde 2012 una orden de deportación y un historial digno de película: comportamiento indecente con menores, prostitución y robo. Otro, en el condado de Broward, había sido condenado por actos lascivos con una menor de 16 años. ICE no esperó y lo puso en lista de salida inmediata.
Y por si fuera poco, en Nueva York atraparon a Geraldo Lunas Campos, con un prontuario que incluye abuso sexual de un menor de 11 años, venta de drogas y tenencia ilegal de armas. A este también le llegó su hora.
El gran problema es que el gobierno cubano se niega a recibir de vuelta a muchos de estos ciudadanos, sobre todo si han estado fuera del país desde antes de 2017 o tienen historial criminal. Por eso, EE. UU. ha comenzado a enviarlos a terceros países, incluyendo lugares tan lejanos como Esuatini o Sudán del Sur, con respaldo de la Corte Suprema.
ICE ya lo dejó claro: «No habrá tolerancia para inmigrantes con historial delictivo». Y si no pueden mandarlos a Cuba, los montan en un avión rumbo a donde se pueda.