Yuri Rojas, el comediante cubano que nos tiene muertos de la risa con su personaje Zoila Bárbara, está cumpliendo uno de esos sueños que muchos cubanos guardan en el alma: conocer Europa. Y lo está viviendo como solo él sabe hacerlo… ¡con una mezcla de emoción, sátira, y mucha, pero mucha cubanía!
Desde que aterrizó en Madrid, Yuri no ha parado de compartir cada paso, cada emoción y cada ocurrencia con sus seguidores. “¡Ay, Dios mío, qué belleza… estoy temblando!”, soltó al llegar a la capital española, mostrando los Jardines del Palacio Real y presumiendo una compra de manzanas, queso y vino que le salió “solo” en 38 euros. “¡La madre que nos cayó!”, gritó entre risas, con ese sabor popular que lo hace único.
Y claro, como buen cubano, no podía dejar de comparar. “Para los que viven fuera esto es normal, pero para nosotros… esto es como salir del cascarón”, reflexionó. Entre broma y broma, lanzó verdades como puños que han tocado el corazón de muchos. Porque para quienes viven en Cuba, ver el mundo desde otro ángulo es un privilegio, y Yuri lo está saboreando a sorbos grandes.
“Salí… y ya eso es un milagro”
En sus andanzas por el metro madrileño, Yuri se reía de sí mismo mientras narraba todo en voz alta: “Me miran raro, pero mejor ni les digo de dónde salí, que ya salir es un milagro”. Y sí, para miles de cubanos, esa frase encierra todo: salir de Cuba es una batalla, un reto, una suerte… y cuando pasa, se vive como un milagro.
Pero el viaje no paró ahí. En París, la Torre Eiffel lo dejó sin palabras (y con vértigo). “Esto es impresionante”, dijo maravillado, aunque después pidió que lo bajaran cargado. ¡El miedo a las alturas no se negocia! También comió en un restaurante chino legendario, visitó los “candados del amor” y cerró el paseo con una frase que es puro arte: “Cántalo para que sea más ligero. Este video dominguero es de domingo y milagro”.
Un artista que no se va del barrio
Yuri, nacido en Las Tunas, tiene una larga carrera en el teatro, sobre todo infantil, pero se volvió viral con Zoila Bárbara, una cubana de pura cepa que mezcla desparpajo, ternura y tremenda lengua. A diferencia de muchos artistas, Yuri sigue viviendo en Cuba, y eso se nota en todo lo que crea: él no se desconecta, ni de la realidad, ni del humor que alivia las penas.
Hace poco, nos hizo llorar de la risa con un video desde un hotel en ruinas en Matanzas, o mostrando la odisea de hacer maletas para volver a la isla: “Demasiada necesidad para tan poca maleta”, soltó en otro de sus videos, provocando una avalancha de empatía en redes.
Ahora, en Europa, su humor sigue siendo el mismo: sencillo, sincero y directo desde el corazón cubano. Y como él mismo dijo entre risa y reflexión: “¡No nos dejemos engañar, que el mundo no se está acabando!”
