En un interrogatorio que ya circula por las redes como pólvora encendida, Damián Valdez Galloso asegura que no disparó contra El Taiger, que no fue él, que incluso trató de salvarle la vida. Pero las autoridades tienen otra historia, y lo acusan de ser el responsable directo de un crimen que todavía sacude al mundo del reguetón cubano.
El video, de más de 30 minutos y filtrado por Telemundo 51, muestra a Valdez frente a un detective, tratando de armar su versión de lo que pasó aquella madrugada del 3 de octubre de 2024 en Hialeah, cuando el reguetonero José Manuel Carbajal Zaldívar, conocido como El Taiger, fue encontrado herido de bala y tirado como un saco viejo en la parte trasera de un SUV.
«Yo llamé al 911 desde mi teléfono, yo lo llevé de mi casa… ustedes saben que yo no lo maté», repite Valdez en el video, como quien intenta convencer más por desesperación que por pruebas.
Según él, El Taiger había llegado a su casa buscando un préstamo de 20 mil dólares, acompañado de dos hombres, a pesar de que ya tenía una deuda pendiente con él. Después, cuenta que vio al artista herido en el suelo, frente a su casa, y que por eso decidió llevarlo al hospital. Ahí fue donde llamó al 911. No hubo tiros, ni discusión, según su versión. Solo un intento por ayudar.
Pero los investigadores no le creen ni una palabra.
La policía asegura que Valdez le disparó directamente en la cabeza, y que todo quedó registrado en una cámara de seguridad. En la orden de arresto se deja claro que hubo manipulación de evidencia, rastros de sangre en la casa, y que el acusado, además, es un delincuente convicto en posesión de un arma de fuego.
Durante el interrogatorio, se le nota nervioso, con frases que oscilan entre la negación y la resignación. En un momento, dice: «Mi corazonada era que se levantara y dijera lo que pasó», a lo que el detective le responde sin titubeos: “Eso no va a pasar”. Y ahí, Valdez suelta lo que parece aceptar su destino: “Desgracia para mí”.
Actualmente, enfrenta cargos por asesinato en primer grado, manipulación de pruebas y posesión ilegal de arma. Fue enviado a prisión sin derecho a fianza, y aunque se declaró no culpable, su defensa juega ahora la carta de la legítima defensa.
Este caso, lejos de cerrarse, sigue enredado en contradicciones, pruebas filtradas y una opinión pública dividida. Según documentos judiciales recientes, el cuerpo de El Taiger presentaba heridas de bala a corta distancia, y en la casa de Valdez había indicios claros de sangre, a pesar de que él insiste en desvincularse del hecho.
Incluso la famosa llamada al 911, en la que reportó un supuesto “accidente” al dejar el cuerpo del reguetonero en la entrada del hospital, suena más a estrategia que a desesperación. En el audio, se le escucha nervioso, pero en ningún momento admite haber disparado. Solo sugiere que alguien más podría ser el verdadero autor del crimen.
El juicio, que debía celebrarse en mayo, fue pospuesto por supuestas irregularidades en el expediente. Y mientras el proceso se alarga, el legado artístico de El Taiger queda suspendido en un limbo entre la tragedia y la polémica.
Lo único claro, por ahora, es que detrás de esta historia hay una mezcla oscura de dinero, traición y muerte, y que la verdad, si algún día sale a la luz, aún tiene muchas capas que quitar.