Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo en Cuba, aparece Sheyla Reyes, una joven matancera que compartió en TikTok cómo vivió más de 38 horas sin electricidad… ¡y con un basurero prendido en fuego a mitad de barrio!
Sí, como lo oyes. Sheyla, conocida en redes como @sheyreyes032, subió un video que no solo desató carcajadas, sino también reflexiones sobre lo que significa vivir en Cuba hoy por hoy.
“38 horas sin corriente en Cuba y le prendieron fuego a una esquina”, escribió la muchacha, mientras mostraba cómo se armó el corre corre en su cuadra cuando el basurero cogió candela.
Apagón, fuego y planta sin gasolina
Sheyla arranca el video contando que lo primero fue echarle gasolina a la planta, pero claro, con la gasolina de Cuba que parece más agua que combustible, tuvieron que colarla con un trapito. Mientras lidiaban con eso, ¡zas!, le prenden candela al basurero de la esquina.
«Todo el mundo pa’ fuera, mi amor, como si estuvieran regalando pollo», dice entre risas. Y ahí estaban: vecinos, familia, niños y hasta el perro del barrio viendo cómo los bomberos apagaban el incendio, que, para suerte de todos, no pasó a mayores.
“Era la primera vez que veía algo así, me impresionó bastante, pero todo fue rapidito porque no era mucho”, cuenta Sheyla en su audio.
Cena de apagón al estilo cubano
Después del corre corre, vino la parte buena: la comida. Porque si algo no falta en medio del caos cubano es el espíritu de supervivencia (y el sazón de mamá).
Sheyla mostró su cena improvisada: arroz blanco, platanitos fritos, carne de cerdo y aguacate. Un lujo en medio de la oscuridad. Y claro, no podía faltar el cafecito para cerrar la noche con dignidad.
“Así fue como terminamos la noche, mi amor. Déjame dicho qué te pareció, besitos”, cierra su video con su característico tono dulce y desenfadado.
Una bendición… que duró poco
Horas después, la joven volvió con otro video, esta vez contando su odisea tras 15 horas más sin luz. Ya ni planta tenían encendida, y tomar un buchito de agua fría era una bendición celestial.
“Cuando vi que ese aire se encendió, yo vi los cielos abiertos”, dijo, aunque la alegría le duró menos que un aguacate en el agro, porque… sí, el apagón volvió.
Apagones interminables, precios por las nubes y cero respuestas
Todo esto ocurre en medio de una crisis energética sin precedentes en Cuba. El pasado lunes, el déficit energético superó los 1,700 MW en hora pico. Con 24 horas de afectaciones en todo el país, y una generación que no da abasto, los apagones son pan de cada día.
Las termoeléctricas no dan más, hay falta de combustible en 90 centrales distribuidas, y la capacidad solar aún no logra salvar el desastre. Mientras tanto, los cubanos hacen magia para sobrevivir.
Y no es solo la luz. Sheyla también denunció precios disparatados en un video anterior: 500 pesos por un aguacate, 1,000 por un litro de aceite y 18,000 CUP en una compra básica.
“Aquí comprar comida es un trauma con final incierto”, resumió en tono de broma… pero sin mucha risa.
“¡Y todavía no protestan!”
Como era de esperar, los comentarios se calentaron: desde la solidaridad con Sheyla hasta la indignación con el sistema.
“Los cubanos son demasiado tolerantes”, escribió alguien. Otro soltó: “Pensé que prendieron la esquina protestando por los apagones”, mientras muchos simplemente repetían la frase que ya parece himno: “Dios mío, qué duro vivir así”.
Y aunque el gobierno sigue pidiendo “ahorro”, la gente no tiene ni con qué cargar el móvil, mucho menos conservar los alimentos o descansar con un ventilador encendido.
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