Salir de Cuba es fácil… lo que no sale es Cuba de uno. Y eso lo dejó clarísimo una joven cubana que vive en Brasil y que, sin querer queriendo, se hizo viral en TikTok por hacer algo que muchas en la isla han hecho toda la vida: lavarse el pelo agachada en el patio, con un cubo y un pomo de champú en la mano.
La protagonista del video es @yaimarelys.lara, quien decidió compartir con sus seguidores un momento bien cotidiano y sin filtro, acompañado de la frase: “Salió de Cuba, pero Cuba no salió de ella”. Y parece que dio en el clavo, porque la escena explotó en redes y desató una avalancha de comentarios llenos de cariño, nostalgia y orgullo patrio.
Tradiciones que ni la distancia borra
En el video, Yaimarelys aparece echándose agua en la cabeza como si estuviera en cualquier solar cubano. Nada de regaderas de lujo ni baños con mil botones. Aquí todo es a lo criollo, como se ha hecho toda la vida.
Y eso fue lo que más conectó con la gente. “Así somos las cubanas”, escribió una usuaria. “Cubana que se respete no pierde sus costumbres”, puso otra. Y no faltó quien soltara un “Eso es lo que somos, raíz y sabor”, porque al final, ser cubano es eso: mantener la chispa, la inventiva y las raíces, aunque estés al otro lado del mundo.
Un video que huele a nostalgia
Más allá de las risas y la viralidad, lo que este clip logró fue despertar algo muy profundo: esa nostalgia compartida entre los cubanos que viven fuera de la isla, que aunque estén en Brasil, Miami o Madrid, siguen cocinando con sazón, hablando con doble sentido y sí… lavándose el pelo como si estuvieran en el patio de la abuela.
Yaimarelys no solo lavó su pelo, lavó recuerdos, despertó memorias y hizo que miles de cubanos se sintieran identificados. Porque a veces, un simple cubo con agua puede tener más poder que cualquier discurso.
Orgullo criollo en cada gota
El video también se volvió símbolo de resistencia cultural, de esa manía tan cubana de no soltar lo nuestro por muy lejos que estemos. Porque para muchas personas, ver algo tan simple como esto fue como regresar a casa por unos segundos.
Y así, sin producción ni filtros caros, esta cubana le dio una clase magistral al mundo: ser auténtico vende más que cualquier pose. Y cuando esa autenticidad viene con sabor a Cuba, el éxito es casi seguro.
