En plena crisis energética, cuando el calor no da tregua y el malestar crece en cada rincón del país, la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras volvió a salir de servicio, esta vez por un salidero en la caldera. Según la Unión Eléctrica (UNE), la reparación tomará al menos 96 horas. Cuatro días más sin corriente para miles de cubanos que ya están al límite de la paciencia y el aguante.
La Guiteras, ubicada en Matanzas, es considerada una de las centrales más importantes del país, pero lo cierto es que su historial de averías es tan largo como las colas del pollo. Lo que debía ser una garantía energética, se ha convertido en un dolor de cabeza más. Esta nueva parada no solo agrava el déficit eléctrico, sino que confirma lo que ya todos saben: el sistema eléctrico cubano está en ruinas.
Un SEN desmoronado por todos lados
Pero la Guiteras no está sola en su caída. La UNE reportó que otras plantas claves están también fuera de juego. En estos momentos, están averiadas la unidad 3 de la termoeléctrica de Santa Cruz, la unidad 4 de Energás Varadero, la unidad 6 de la CTE Renté y la unidad 2 de la CTE Felton. Y por si fuera poco, otras tres unidades están en mantenimiento: la 2 de Santa Cruz, la 4 de Céspedes en Cienfuegos y la 5 de Renté.
El panorama es de puro colapso. A esto se suman limitaciones térmicas que mantienen 409 MW fuera de servicio. Y como si fuera poco, la falta de combustible sigue golpeando con fuerza: 94 centrales de generación distribuida no pueden operar (797 MW menos), al igual que tres motores de las patanas de Regla (28 MW fuera). El resultado: 825 MW apagados solo por falta de combustible.
Energás Varadero: otra pieza que se desploma
La situación de Energás Varadero también es crítica. Este lunes, su ciclo combinado redujo drásticamente su aporte al sistema, pasando de más de 90 MW a apenas 60. El director de la planta, Julio Betancourt, explicó que la avería afecta la excitatriz del generador, un componente clave que está siendo evaluado para ver cuándo podrá volver a funcionar. Energás Varadero, que tiene una capacidad instalada de 100 MW, depende del gas acompañante del petróleo que extrae la Empresa de Perforación y Extracción del Centro. Pero ni eso parece garantizar su estabilidad.