En una movida que ya huele a chamusquina, la empresa estatal Servicios de Pago Red S.A. (REDSA) anunció que suspenderá todos los servicios de pagos electrónicos en Cuba durante la madrugada de este miércoles 30 de julio hasta las 5:00 a.m. del jueves 31. Según dijeron, se trata de una “interrupción programada” para realizar supuestas labores de mantenimiento en los sistemas.
Pero como ya se sabe, en Cuba nada es tan inocente como lo pintan. Detrás de cada “ajuste técnico” o “actualización” hay casi siempre un sablazo al bolsillo del pueblo o una medida que lo deja más atado. Esta vez no parece ser la excepción.
Corte total de servicios digitales: del cajero al móvil, todo apagado
Durante esas cinco horas, la isla entera quedará sin acceso a cajeros automáticos, la app Transfermóvil, la plataforma EnZona, las terminales de punto de venta y cualquier posibilidad de mover dinero entre bancos. En buen cubano: nadie podrá hacer ni un triste pago digital, ni comprar un pan con tarjeta.
¿Y cuál es la justificación? Según REDSA, estos trabajos son necesarios para “garantizar la seguridad y disponibilidad de los servicios”. Palabras bonitas que ya a nadie convencen, sobre todo cuando los cajeros no tienen dinero, las apps fallan más que escopeta de feria y los apagones te tumban la conexión a cada rato.
El pueblo no se traga el cuento
Las redes sociales ardieron con las reacciones. Cientos de usuarios —hartos de tanto cuento— dejaron claro que esta “interrupción programada” podría ser la antesala de algo mucho más oscuro. Algunos la comparan con la jugada de ETECSA hace apenas unas semanas, cuando también hicieron ajustes “técnicos” y luego soltaron el tarifazo como quien no quiere las cosas.
Muchos temen que esto sea parte del mismo libreto, preparando el terreno para anunciar finalmente la reestructuración del mercado cambiario, una bomba que el régimen lleva meses cocinando entre bambalinas.
¿Casualidad? No lo creemos.
Y es que el propio primer ministro, Manuel Marrero Cruz, ya adelantó a mediados de julio que en el segundo semestre de este año vendría un “nuevo mecanismo de gestión, control y asignación de la divisa”, como parte del enésimo intento por «corregir distorsiones» —esa frase que ya ni ellos se creen— y tratar de reanimar una economía que está en terapia intensiva desde hace rato.