La investigación por la trágica muerte del reguetonero cubano José Manuel Carbajal Zaldívar, conocido artísticamente como El Taiger, ha dado un vuelco inesperado que tiene a todo el mundo con los ojos pegados a la pantalla. El único señalado hasta ahora, Damian Valdez-Galloso, no solo insiste en su inocencia, sino que ahora apunta su dedo acusador hacia la propia policía de Miami.
«Ese video lo manipularon»: Valdez lanza la bomba
En un interrogatorio de casi tres horas —grabado en Nueva York y filtrado por medios como Telemundo 51—, Damian se mostró más desafiante que nunca. Ante el video de seguridad que supuestamente lo incrimina, soltó sin pelos en la lengua: “Ese video lo manipularon”. Según él, la grabación no refleja lo que realmente ocurrió la madrugada del 3 de octubre de 2024.
A cada pregunta del detective, Valdez respondía con firmeza. Decía que no había sido él, que todo estaba manipulado, que las pruebas eran «un montaje». Lo más alarmante fue su acusación directa: afirmó que un policía estaba implicado en los hechos y que, casualmente, esa parte no aparece en el video.
«El Taiger llegó con un hombre que parecía policía»
La cosa se puso más espesa cuando Valdez aseguró que esa noche, El Taiger no llegó solo a su casa en Hialeah. Según él, venía acompañado de un hombre blanco, fuerte, tatuado, que hablaba español… y que parecía ser policía. Dice que, tras ese encuentro, decidió irse de Miami porque tenía miedo. “Sabía que alguien de la policía estaba en el medio de esto”, soltó, dejando en el aire una sospecha que podría sacudir los cimientos de todo el caso.
También afirmó que, al ser arrestado por los federales en Nueva York, les rogó que no lo devolvieran a la policía de Miami. Para él, todo era una emboscada.
La historia según Damian: deudas, amenazas y una escena de terror
En su versión, Valdez insiste en que no disparó. Dice que esa noche, El Taiger llegó a pedirle prestado 20 mil dólares, a pesar de que ya le debía 18 mil. “Le dije: ‘¿Estás loco? ¿De dónde voy a sacar yo esa plata?’”, recuerda.
Según su relato, después del intercambio apareció El Taiger en su puerta como a las cinco de la mañana, acompañado por los dos tipos. Estos le dieron un ultimátum al reguetonero: tenía hasta la medianoche para saldar la deuda. Más tarde, dice, lo encontró sangrando frente a su casa.
Valdez jura que lo llevó al hospital y llamó al 911 porque pensó que se salvaría y contaría la verdad. Pero esa esperanza se desvaneció cuando El Taiger murió días después, el 10 de octubre.
La versión oficial: un disparo directo a la cabeza
Las autoridades, por su parte, se mantienen firmes en su versión: Valdez le abrió la puerta a El Taiger y le disparó en la cabeza sin más. El artista fue encontrado inconsciente dentro de un SUV cerca de la NW 9ª Avenida y la calle 17, en Hialeah, y falleció una semana después.
Según la fiscalía, no hay dudas: fue un asesinato premeditado. Por eso, el cargo original de homicidio en segundo grado fue elevado a asesinato en primer grado, una acusación mucho más severa.
Un juicio con muchas sombras y pocas respuestas
Damian Valdez-Galloso ha sido imputado por asesinato en primer grado, manipulación de pruebas y posesión ilegal de arma de fuego. Desde noviembre de 2024 está preso sin derecho a fianza, y su defensa —liderada por la abogada Marissa Altman Glatzer— ha dejado claro que no piensa declararse culpable. Todo apunta a que se escudará en la legítima defensa.
El juicio, originalmente previsto para mayo, fue postergado por quejas de la defensa sobre supuestas “inconsistencias” en el expediente.
La llamada al 911, otro punto clave
Uno de los elementos más comentados del caso fue la llamada al 911, en la que Valdez reporta lo que él llamó “un accidente” tras dejar al reguetonero en el hospital. En el audio —que circuló por medios estadounidenses— se le escucha nervioso, pero nunca admite responsabilidad directa. Eso sí, coincide con su reciente versión: dice que lo encontró herido y quiso ayudarlo.
El caso sigue abierto… y bajo la lupa
La filtración del interrogatorio, sumada a las acusaciones contra la policía, han avivado el debate. Mientras la Fiscalía pinta a Valdez como un asesino frío y calculador, su defensa intenta sembrar dudas sobre todo el proceso: ¿es esta una investigación contaminada desde dentro?
Para muchos, sobre todo en la comunidad cubana de Miami, lo que está en juego no es solo la verdad sobre la muerte de un artista querido, sino la credibilidad de un sistema judicial que, al parecer, tiene muchas sombras.