En Cuba no se come lo que se quiere, sino lo que aparece. Esa frase, tan simple como demoledora, resume en pocas palabras el drama cotidiano que enfrentan millones en la isla. La autora es Sheyla Reyes, una joven cubana que se ha vuelto viral en TikTok por contar sin adornos lo que muchos viven en silencio.
En su video, que ya acumula miles de reacciones, Sheyla pinta con total naturalidad el infierno diario: apagones eternos, comida escasa, transporte imposible e internet que más que navegar, naufraga.
“Hoy hay aceite pero no arroz. Mañana hay arroz pero no hay corriente”
Así lo suelta Sheyla, como quien cuenta algo ya tan normal que ni da pena. “La comida no es la que tú quieras comer, es la que aparezca ese día”, dice en su video. Un día puedes tener arroz, pero no aceite. Otro día consigues ambos… pero ¡zas! se va la luz. ¿Cocinar? Ni soñarlo.
Y lo peor es que cuando vuelve la electricidad, el internet también ha desaparecido, porque en Cuba hasta eso depende de la corriente. La conexión es lenta, cara y se cae más que el régimen cuando le mencionan “elecciones libres”.
Transportarse es otra película de terror
“Moverse en Cuba es una odisea”, cuenta Sheyla. Si no tienes bici, motor o un carro milagroso, andas embarcao’. Y si te toca montar en una máquina, prepara el bolsillo porque te puede costar medio salario, con suerte.
A eso súmale que los trenes apenas circulan por falta de locomotoras, los ómnibus se vuelven una lotería y los almendrones están al precio del oro.
Internet: el lujo necesario
Pese a lo caro y malo que es, el internet sigue siendo la única ventana al mundo. “Se paga, aunque sea lento y se caiga”, admite Sheyla. Porque sin conexión, los cubanos no solo pierden entretenimiento: pierden también su voz, su contacto con familiares emigrados y su manera de denunciar lo que ocurre en el país.
Una resiliencia que ya parece castigo
El video de Sheyla cierra con un mensaje que duele por lo real: “Vivir en Cuba no es fácil, pero los cubanos tenemos algo que no se compara: la capacidad de adaptarnos y seguir pa’ lante”.
Y ahí es donde muchos le entraron con todo en los comentarios. Porque esa supuesta “resistencia” que tanto se aplaude, también es usada por el régimen como excusa para no cambiar nada.
“Por esa manía de aguantar es que Cuba está como está”, escribió un internauta. Otro fue más tajante: “Eso no es aguante, es resignación. Ya deberíamos haber bajado a los que tienen el país hecho leña”.
La miseria planificada
La historia de Sheyla no es nueva. Muchos cubanos —y también extranjeros— han expuesto lo mismo. El youtuber español Juanjo Dalmau lo dijo claro en su visita a la isla: “En Cuba no eliges qué comer. Solo sobrevives con lo que hay”.
Mientras tanto, la realidad se impone:
- Una compra básica supera los 10 mil pesos.
- El salario mínimo es cuatro veces menor.
- Los apagones alcanzan hasta 16 horas en algunas provincias.
- La inflación y la escasez son parte del menú diario.
Y la raíz del desastre sigue intacta: un sistema que prioriza hoteles y propaganda, mientras su pueblo suda, pasa hambre y se queda a oscuras.